Jaume Giró, que había completado sus estudios en la Universidad de Navarra, inició su carrera periodística en la redacción de Europa Press en Barcelona. Empezó como becario, pero pronto llamó la atención de Salvador Aragonès, el director. Los que trabajaron con él explican que Giró, que se encargaba de la información económica, era un tipo inteligente y muy currante, pero que, además, tenía instinto y ambición. Un auténtico hurón. Tanto es así, que pronto se convirtió en “una máquina de construir noticias" y dice la leyenda que suyo era el récord de noticias producidas en un solo día en toda la historia de Europa Press en Catalunya.

De esto, claro, hace ya muchos años. Era a finales de los ochenta. Justo al empezar los 90, Giró ya llevaba la comunicación de Gas Natural de Pere Duran Farell, de quien también era el jefe de gabinete. El hombre que trajo el gas a España era un tipo extraordinario. Una vez le oí reflexionar: "Al mundo, lo que le hace falta son más poetas". La época de Giró en Gas Natural coincidió con varias explosiones de gas en Barcelona, algunas de las cuales destrozaron viviendas enteras. A mí me tocó cubrir como periodista algunos de estos sucesos. Fue en aquella época que lo conocí.

A partir de Gas Natural, quien será el nuevo conseller de Economía puso en marcha una carrera meteórica, que cada vez tendría menos que ver con el periodismo y más con la gestión y la diplomacia en un entorno nada fácil y sí bastante peligroso: el de las más altas esferas del mundo económico.

He creído adecuado recordar los principios profesionales de Jaume Giró i Ribas (Badalona, 1964) a la vista que unos cuantos han fruncido ostentosamente el ceño al anunciarse que será el nuevo conseller de Economía. Por lo que se ve, alguien que ha hecho una carrera profesional brillante en el mundo de la empresa, aunque sea empezando desde abajo, es demasiado poco de izquierdas. Hablo de la CUP y los comunes, estos últimos tristemente especializados en otorgar carnés de buenos y malos. Tampoco Salvador Illa se ha podido privar de exprimir el prejuicio y ha metido baza, poniendo en duda que "el perfil" de Giró pueda encajar en el "gobierno de izquierdas" de Aragonès.

Que alguien que ha sido altísimo ejecutivo de un puñado de grandes empresas se embarque en un gobierno independentista ayuda a abrir el abanico, hace que más gente pueda sentirse próxima y concernida por la causa de Catalunya.

A mi entender, en cambio, el fichaje de alguien como Jaume Giró, se llame Jaume Giró o lleve otro nombre, es una buena noticia para el gobierno de Pere Aragonès. Por varios motivos. Expondré algunos:

Primero. Solvencia incontestable en el entorno profesional. Giró no es un político, aunque, claro, la política no le es ajena. Sin duda, su trayectoria, su currículum, dan un plus de prestigio —eso que ahora le hace tanta falta como el aire que respira— al nuevo Govern de la Generalitat. Incorporar gente solvente siempre es positivo. Igualmente es positivo contar con alguien que conoce a los principales actores y sabe cómo funciona el complejo mundo del dinero, del dinero en mayúsculas, quiero decir.

Segundo. Es independiente. En la misma línea que antes, pienso que es bueno que gente no atada a los partidos se implique en política. Es una buena señal. Es más, Giró y el resto de independientes que pueda haber en el gabinete contribuyen a la necesaria renovación de caras. Es bueno que haya cambio, gente diferente, dado que los últimos años no se pueden calificar, por mucha buena voluntad que se ponga y en términos generales, de exitosos.

Tercero. Puestos a especular, diría que es soberanista e independentista. En todo caso, si no lo fuera, se haría difícil de entender que Joan Laporta contase con él para hacerse responsable de la economía del Barça. En el eje izquierda-derecha, estoy seguro de que no es de la CUP —menos todavía de los comunes— pero sí alguien centrado, moderado y liberal (en su sentido genuino, no en el sentido que dan al término los iliberales de izquierda y de derecha). Y sobre todo alguien con la capacidad de hablar y llegar a acuerdos con gente muy diferente. En todo caso, vale la pena recordar que las decisiones de todo gobierno, sobre todo en este, son colegiadas.

Cuarto. Jaume Giró no necesita el sueldo de conseller para vivir. Cualquiera que repase su trayectoria se dará cuenta de ello perfectamente. Como pasó en el caso de su predecesor Andreu Mas-Colell, la principal motivación de Giró para meterse en un lío tan incierto como es asumir Economía en este Govern no es otra que hacerlo lo mejor posible y servir al país. Es bueno que alguien que no tiene necesidad dé este paso. Pienso que, más allá del balance futuro que se pueda hacer de su actuación, eso es de agradecer.

Quinto. Es bueno que en el independentismo haya gente con camisetas chillonas como las que caracterizan a la CUP. Pero es igualmente bueno que haya gente que hace muchos años que lleva corbata. Quiero decir que el independentismo, si quiere conseguir alguna cosa, tiene que ser tan transversal como sea posible. El fichaje de Giró tiende, en este sentido, a simbolizar esta transversalidad, este amplio espectro. Que alguien que ha sido altísimo ejecutivo de un puñado de grandes empresas se embarque en un gobierno independentista ayuda a abrir el abanico, hace que más gente pueda sentirse próxima y concernida por la causa de Catalunya.