Reus, 5 de julio de 1931. Indalecio Prieto (PSOE), ministro de Hacienda del primer gobierno de la II República española, ordenaba la retirada de todos los fondos de las empresas públicas energéticas Campsa y Cepsa depositados en el Banco de Reus. Dos días más tarde, Evarist Fàbregas, presidente del Banco de Reus desde 1921, declaraba la bancarrota de la histórica entidad. El Banco de Reus, fundado en 1861 por un grupo de prohombres de la ciudad como un banco local, había vivido un crecimiento espectacular. En 1931, pasados setenta años de su creación, competía con los bancos de Bilbao, de Vizcaya y de Santander por el liderazgo del mercado financiero español. Se especuló que aquella maniobra obedecía a una trama urdida por la competencia. Pero cuando trascendieron los planes de Evarist Fàbregas, se puso de manifiesto que aquella operación obedecía a otros propósitos.

Evarist Fàbregas (circa 1930). Fuente Centro de Lectura de Reus
Evarist Fàbregas (en torno al año 1930) / Fuente: Centre de Lectura de Reus

¿Quién era Evarist Fàbregas?

Evarist Fàbregas i Pàmies era un ambicioso empresario y un comprometido mecenas nacido en Reus en 1868, el año de la Revolución Gloriosa que había conducido al también reusense Joan Prim i Prats —el general Prim— a la presidencia del Gobierno. Fàbregas había nacido en el seno de una familia humilde, pero en un entorno de oportunidades: a finales del siglo XIX Reus era un hervidero de empresas y de negocios (era el segundo núcleo demográfico y económico del Principado). Fàbregas se formó como agente de aduanas, pero muy pronto dio muestras de un talento especial para los negocios, y muy pronto también se convirtió en uno de los principales empresarios de la ciudad y del país. Tanto que el año 1920, con los hermanos Recasens, también reusenses y muy vinculados a la figura de Francesc Cambó (de la Lliga Regionalista, partido hegemónico en la Catalunya de los años diez y veinte), adquiría el Banco de Reus.

La década dorada del Banco de Reus

En cambio, Evarist Fàbregas, ideológica y políticamente, siempre estuvo vinculado al Partido Republicano Democrático Federal. Pero eso no representó ningún impedimento para que el triunvirato formado por Fàbregas y por Francesc y Eduard Recasens catapultara el Banco de Reus al punto más alto de su historia. Los nuevos dirigentes del Banco de Reus estaban muy bien relacionados con casi todo el espectro político catalán. Como lo estarían con el régimen dictatorial de Primo de Rivera (1923-1930). Entre 1920 y 1923, Fàbregas y los Recasens adquirieron los bancos de Barcelona, de Tarragona y de Tortosa, que con la matriz de Reus se convirtió en el principal grupo bancario catalán. Y entre 1923 y 1929 se habían convertido en los gestores financieros únicos de la empresa pública Campsa y habían contribuido decisivamente a la creación de la empresa semipública Cepsa.

Sede central del Banco de Reus (circa 1930). Fuente Wikimedia Commons
Sede central del Banco de Reus (en torno al año 1930) / Fuente: Wikimedia Commons

Fàbregas, mecenas

Cuando Evarist Fàbregas, con los Recasens, compró el Banco de Reus (1920), su figura ya tenía una extraordinaria dimensión en la ciudad. Entre otras cosas, había sido el mecenas que había transportado el Centro de Lectura de Reus hacia la modernidad. El año 1916 adquirió el Palau Tamarit, un espacioso edificio de estilo neoclásico situado en la calle Major, y lo dio a la entidad para que situara, definitivamente la sede. En este punto, es importante destacar que el Centre de Lectura, fundado en 1859, ha sido en el transcurso de su historia algo más que una entidad cultural. Cuando, a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, el estado español ni quería ni podía garantizar la escolarización elemental, el Centre de Lectura fue el motor de la alfabetización de la ciudad. Y fue, también, una fábrica inagotable de creación y formación de talentos.

Fàbregas y Macià

El holding financiero creado por Evarist Fàbregas y los hermanos Recasens (formado por los bancos de Reus, Barcelona, Tarragona y Tortosa) se expandió siguiendo el modelo llamado "mancha de aceite" y a finales de la década de los veinte ya disponía de más de ciento cincuenta oficinas por todo el Principado, y otras de representación en Madrid, en Bilbao, en París y en Londres. Aquel grupo operaba con el nombre comercial Banco de Cataluña y era la joya de la corona de la economía catalana. Pero hay un detalle que, generalmente, se ha escapado de la investigación de la figura de Fàbregas y que, en cambio, tendría una importancia primordial en los últimos años de existencia del Banco de Reus. En un momento indeterminado (se estima que hacia 1925), Evarist Fàbregas y Francesc Macià, fundador del partido independentista Estat Català (1922) y diputado en el exilio, trabaron amistad.

El proyecto Banco Público de Catalunya

La amistad de Fàbregas y Macià es la parte menos estudiada de la figura del mecenas reusense. Pero es del todo seguro que tuvo una gran influencia en los proyectos del magnate reusense. No está claro que Fàbregas participara —o asesorara— en la emisión del empréstito Pau Claris, destinado a financiar el ejército catalán de Prats de Molló (1926) que tenía que propagar una revolución independentista generalizada en Catalunya. Pero en cambio sí que está bastante claro que, después del incontestable triunfo electoral de Macià en las elecciones municipales de 1931 —que condujeron a la restauración de la Generalitat—, la gente de Estat Català y Fàbregas —que en aquel momento ya tenía el control mayoritario de la entidad— habrían pactado la transformación del Banco de Reus (de la marca Banco de Cataluña) en el banco público de la Generalitat.

Alcalá Zamora, Lerroux, Prieto y Echevarrieta. Fuente Wikimedia Commons
Alcalá-Zamora, Lerroux, Prieto y Echevarrieta / Fuente: Wikimedia Commons

Jaque mate a Fàbregas

Evarist Fàbregas tendría un papel destacado en aquel proceso electoral: se convirtió en el primer alcalde republicano (de la II República) de Reus. Sin embargo, la ambición de Macià, que con un gran sentido de la estrategia había conseguido restaurar el autogobierno catalán, encendió todas las alarmas del nuevo poder republicano en Madrid. Alcalá-Zamora, Lerroux, Casares Quiroga o Largo Caballero temieron que aquella Generalitat provisional dispusiera de un aparato financiero propio que condicionara las negociaciones estatutarias; y con Horacio Echevarrieta —un aventurero que había hecho fortuna negociando el rescate de los soldados españoles prisioneros de Abd el-Krim— que era máximo accionista de la competencia del Banco de Reus y que era padrino político de Indalecio Prieto, urdieron la caída de la entidad reusense. Jaque a Macià y a Catalunya; jaque mate a Fàbregas y a Reus.