El barril de Brent cayó por debajo de los 65 dólares el martes siguiendo una pauta de retroceso imparable (ha perdido el 20% en el último mes) al concentrar los riesgos de un enfriamiento global de la economía y los crecientes choques entre las potencias de Oriente Medio.

La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) rebajó sus previsiones sobre el crecimiento de la demanda para 2019, que evaluó en 1,5 millones de barriles diarios por debajo de la producción actual.

En Europa y Asia empiezan a percibirse señales claras del temido enfriamiento de las economías. La economía alemana se ha contraído el 0,2% y el PIB europeo creció en el tercer trimestre el 0,2%, la menor cuota desde 2014. Por su parte, la economía japonesa cayó el 1,2% entre julio y septiembre. Solo EE.UU. da señales de fortaleza, pero con la amenaza paralela de subidas de los tipos de interés.

En este contexto, Arabia Saudí ha anunciado su voluntad de reducir la exportación de crudo a partir de diciembre, que será de 500.000 barriles diarios, según explicó Khaled al-Faleh, ministro saudí de Energía. El repliegue se ha visto reforzado por la menor demanda de petróleo por parte de China, primer importador mundial.

Donald Trump, que ha eximido a ocho países de la prohibición de comprar crudo a Irán, ha pedido a través de Twitter que no se recorte la producción del grupo liderado por Arabia Saudí.

El reino saudí es objeto de una campaña en contra a raíz del caso Khashoggi, aireado cada día a través de morbosas revelaciones turcas. Erdogan busca que Turquía se haga con el liderazgo de los pueblos sunnitas a costa de Riad. La devastadora guerra del Yemen también contribuye a esa oscura estrategia.

En Europa, el desorden que vive el mundo del petróleo ha tenido su expresión en la manifestación de ayer sábado de los "gilets jaunes" (chalecos amarillos) contra los impuestos y el alza de los carburantes.

Si los expertos estiman que los precios se van a estabilizar o incluso aumentarán por efecto de la reducción de las exportaciones (la OPEP se reunirá en Viena a finales de diciembre), a medio y largo plazo el gran mundo del oro negro ya se prepara para los desafíos de un mundo cada vez más eléctrico, en que el coche impulsado por esta energía marcará la dirección del futuro.