Nada, hombre, nada, que no. Que los independentistas somos todos unos mentirosos de mierda, hostias, venga ya, que la república no existe, tú, que el catalán tampoco existe, y que Catalunya no existe. Sólo existen España, el Rey y el Orden Constitucional, todo en mayúsculas muy grandes, que los del imperio son gente modesta y simpática, siempre dentro de la más estricta moderación. Y que tampoco hay expolio ni ningún tipo de marginación a los catalanes, todo esto son fantasías, lo que pasa es que somos unos antipáticos de mil pares de narices y nos mereceríamos todavía muchas más hostias, pero tenemos la suerte de que los españolistas sean tan-tan-tan buenísimas personas y que sólo nos pegan lo normal, lo que dice la ley, sólo utilizan la fuerza de manera proporcionada y siempre harto democrática. Sansiacabó ya, separatistas, España 1.000 goles a cero goles de los nuestros. No es que todo el mundo tenga su parte de razón, no-no-no, ellos blancos absolutos y nosotros negros del todo. Andamos mal del tarro, adoctrinados, maltratamos a los niños y manipulamos a los abuelos, somos una sociedad enferma que hay que desinfectar, una gente a la que hay que curar a base de jarabe de palo. Rindámonos de una puñetera vez, arrodillémonos todos, venga, ánimo chicos, reptemos por el suelo como gusanos, pidamos perdón y si están de buen humor quizás nos seguirán masacrando, eso sí, pero con una sonrisa en los labios. Nos seguirán destruyendo pero de buen rollo, de manera fraternal, federal.

Tenemos que mirar la realidad tal como es, hay que ser listos y reconocer que España es una de las democracias más avanzadas del mundo. Y que el atentado de la Rambla y de Cambrils del 17 de agosto de 2017 fue, pues mira, una desgracia, cuatro chicos moros que se fueron manipulados por un imán malo muy malo y que provocaron 15 muertos, cien heridos y la muerte de diez de los doce terroristas. Cosas que pasan y que, desgraciadamente, nadie puede evitar. Los servicios secretos del CNI no tienen nada que ver con esta carnicería aunque el imán Abdelbaki se Satty fuera un agente a sueldo de los espías españoles. Qué temeridad y qué estupidez, ¿como se le ha podido ocurrir a alguien esto? Yo, la verdad, me he quedado muy tranquilo, Jorge Dezcallar, el antiguo director de la agencia de inteligencia, dijo algo muy inteligente de la inteligencia: que afirmar que el Estado español está detrás de los atentados es una temeridad y una estupidez, venga ya, pesados, que no y que no. También es verdad que si hubiera sido una masacre organizada por el CNI Dezcatllar habría dicho exactamente lo mismo, que es un temeridad y una estupidez, pero lo ha dicho de manera tan inteligente de la inteligencia que me ha convencido del todo. Y además ha utilizado un argumento de mucho peso.

El señor Dezcatllar dijo textualmente que “no tengo palabras realmente. Si alguien puede pensar que alguien sabe que se va a producir un atentado y dejar que se produzca... hay que ser muy malo”. Tiene toda la razón, en España no existe la gente mala, sólo la hay en el extranjero, y aún menos en los servicios de la inteligencia inteligente. Les hacen una prueba de buenas personas cuando entran, por lo que parece. España no hace cosas monstruosas como, por ejemplo, aquel país, ¿cómo se llama? Lo tengo en la punta de la lengua, ese país, sí hombre, aquel país que organizó un grupo terrorista para acabar con los terroristas independentistas. Un grupo terrorista formado por funcionarios del Estado, por funcionarios del terrorismo pagados a cargo de los presupuestos del Estado. Sí, ¿cómo se llamaba aquel país? La verdad es que no me puedo acordar. Y lo sabía. Los GAL, eso, ahora sólo he rescatado de la memoria esto, el nombre de aquel grupo de terroristas que usaban la cal viva para eliminar cadáveres. En el país del que ahora no recuerdo el nombre también estallaron unos trenes en la capital, trenes llenos de personas, pero en este caso no fueron agentes del Estado sino un grupo islamista, como el de Ripoll, pero era un grupo que no tenía nada que ver con los servicios secretos. O sí. En fin, que por mucho que lo pienso no me sale el nombre de aquel país ... Ahora no sé qué estaba diciendo ...