De momento vamos ganando. Pero el primer gran error de los independentistas es haber dejado por imposible, por irrecuperable, al colosal Miquel Iceta, el primer secretario del PSC. Gracias a la Internacional Socialista, Mariano Rajoy tiene hoy las manos libres para aplastar como quiera a Catalunya, para destruirnos con el ejército y las fuerzas paramilitares de la Guardia Civil. Gracias también a Meritxell Batet y a Josep Borrell, imputado por falsedad. En el contexto internacional les cuesta creer que la causa de Catalunya sea tan legítima y conveniente como nosotros decimos. Cuando la derecha del PP, los liberales de Albert Rivera y, sobre todo, los socialistas de Pedro Sánchez y Miquel Iceta cierran filas y unanimidad contra la emancipación nacional de Catalunya, contra el independentismo, hay mucha gente de fuera, gente muy importante, que no nos acaba de creer ni de respetar. La independencia de la nación catalana llegará porque somos muy pesados, muy insistentes, muy decididos y prudentes, de acuerdo, pero cuando se consiga se habrá logrado superando la peor conspiración posible, la posición radicalmente antiindependentista del PSC, del partido de Josep Pallach que hoy se alinea de la mano blanda de Miquel Iceta, de la mano aterciopelada de Miquel Iceta, de la mano tonta de Miquel Iceta, con el españolismo de Sociedad Civil Catalana, del españolismo rampante de Falange Española con los que comparte bandera y pancarta. Si la Guardia Civil nos pega es sobre todo porque Miquel Iceta no dice ni mú, porque lo condena un día y ya está, porque lo condena un rato y después se va a comerse una paella, y porque el socialismo español no denuncia las represalias del PP contra Catalunya. Solo con que la posición del PSOE-PSC hubiera sido tan crítica y distante como la del PNV, pero solidaria con el movimiento de emancipación nacional de Catalunya, hoy Mariano Rajoy lo tendría todo absolutamente perdido. Hoy aún no somos independientes gracias a Iceta. Por lo tanto, desde debajo de la col en la que vivo, no puedo dejar de decir: gracias, PSC, partido de ideología catalanista, partidario de la aplicación del artículo 155 contra la Generalidad de Catalunya como lo es también un señor llamado Josep Antoni Duran Lleida. Todos ellos, todos gente muy honorable y distinguida, gente entrañable, bien educada y admirable. Con un admirable rostro.

El segundo gran error del independentismo es desconfiar siempre de todos y de disparar en todas direcciones. Al principio de esta aventura política había quien no confiaba en la sinceridad del presidente Artur Mas y se tuvo que inmolar para convencer a la CUP para establecer una mayoría independentista en el Parlamento de Catalunya. Ahora, tras la suspensión temporal de la independencia proclamada y no proclamada el día 10 de octubre, se ve que para algunos Carles Puigdemont tampoco está libre de sospecha, se ve que bien pudiera ser que no fuera suficientemente independentista. Que le falte algún quilate. Porque aquí todo el mundo es un sietemachos y todos son más independentistas que el vecino y todos tienen clarísimo cómo se debe hacer una independencia, que ha llevado a cabo muchas. Como cuando la monja sietemachos Teresa Forcades decía que la independencia de Catalunya la tenía que protagonizar solo la izquierda, prescindiendo de la mitad del país, es decir, de la derecha política del país. Y siempre hacéis igual. Los unos siempre despotricando de los demás. Cuando nos atacan y tenemos dificultades os hacéis oir siempre, gentecilla catalana del ay Señor. Gentecilla que no confía ni en este presidente de la Generalitat ni en ninguno que lo fuera. Que no te gusta Junqueras ni Rovira. Que no soportáis a la Gabriel ni a la Gabriela y que, por el contrario, no os habéis mirado en el espejo. Que no creéis que los Mossos hagan bien su trabajo. Que sospecháis de la sonrisa de Rull y de Turull. Que escucháis demasiado lo que dice el diputado Xuclà cuando no lo conocen ni en Olot. Que no confiáis en las palabras de los líderes políticos independentistas y que, en cambio, hacéis caso de José María Aznar y contribuís a la división del independentismo político, la única manera eficaz que tienen de derrotarnos. Vosotros, gentecilla catalana miedosa y recelosa, acomplejada, sabelotodo, que pensáis que la suspensión de la independencia solo se explica porque os han bien jodido, porque os han traicionado, yo os digo que no os merecéis la independencia. Por temerarios y por derrotistas. Dejad hacer su trabajo a la gente que se está jugando la prisión y el embargo, a la gente del PDeCat, de ERC y de la CUP. Y si no os gustan, deberiáis haber escogido a otros, ahora son ellos los que están haciendo lo que pueden. Tenéis tanto, tanto miedo, que habéis olvidado la vergüenza.

(Continuará)