Dicen que Hernán Cortés hizo quemar las naves para que ningún miembro de la expedición pensara que había posibilidades de volver atrás. Para mí, el 1 de octubre de 2017 los catalanes independentistas quemamos las naves. Sabemos que no hay marcha atrás, es cuestión de tiempo.

Hace meses que digo en privado que esta legislatura no durará cuatro años tal y como la hemos empezado. El acuerdo de gobierno firmado por ERC y Junts prevé dos situaciones: la del diálogo y la del embate por la confrontación. La primera se está acabando, se demuestra que no tiene ningún recorrido, y la segunda tiene que empezar a tomar forma rápidamente.

No obstante, la decisión final es de ERC. Tienen que decidir si quieren cumplir el acuerdo de gobierno y preparar la culminación con Junts, la CUP y las entidades independentistas, y con un papel destacado del Consell per la República, o si quieren hacer marcha atrás e incumplir el acuerdo.

Si eso segundo pasara, se abren varios escenarios. Uno es echar a Junts del Govern y pactar con los comunes con el apoyo del PSC. Es un escenario que muy probablemente perjudicaría significativamente a ERC, como pasó en el segundo tripartito. Por lo tanto, lo veo difícil, pero no imposible.

Otra opción sería ir a elecciones, pero eso solo lo puede decidir el president Aragonès. Creo que es la que menos posibilidades tiene a corto plazo, dudo de que ERC tenga ningún aliciente para convocarlas y demostraría que el primer gobierno republicano en 80 años es el menos "gobernable".

El mientras tanto tiene que servir para preparar el modelo de país que queremos mientras llegamos a tenerlo, pero no para desgastarnos en batallas que no tendrán importancia cuando nos convirtamos en estado

Pero la opción por la que estamos en el gobierno y por la que nos presentamos a las elecciones y obtuvimos el 52% de los votos, es la de preparar la culminación de la independencia. Es la opción que pienso que puede arreglar casi todos los problemas que tenemos sobre la mesa, aunque requerirá grandes sacrificios.

Poniendo sólo como ejemplo los debates más recientes. Es obvio que el tema de la lengua es muy preocupante mientras seamos una comunidad autónoma de un estado centralista, pero si culminamos la independencia en pocos años, este problema desaparece y aparece una nueva oportunidad de salvar definitivamente la lengua. Este tendría que ser el debate preponderante, pero no lo veo por ningún lado y me pregunto si realmente muchos independentistas creen sinceramente en la independencia a corto plazo, porque si fuéramos la gran mayoría, nos tendríamos que centrar en eso, en lugar de hacer frente al mientras tanto autonomista. El mientras tanto tiene que servir para preparar el modelo de país que queremos mientras llegamos a tenerlo, pero no para desgastarnos en batallas que no tendrán importancia cuando nos convirtamos en estado. Soy consciente del riesgo de no llegar a ser nunca independientes, sin embargo, sinceramente, yo creo que hemos quemando las naves y sólo es cuestión de creer y actuar.

Lo mismo pasa con los Juegos Olímpicos. Fuera de detalles muy matizables, el fondo de la cuestión está claro. Si nos convertimos en un estado antes del 2030, no nos tiene que preocupar que Aragón quiera capitalizarlos como juegos españoles. De hecho, serán unos juegos multiestatales, catalanes, españoles, franceses y posiblemente andorranos o incluso bosnios... Solo cuando no crees que Catalunya puede ser un estado independiente antes del 2030, ves unos juegos españolizados en Catalunya.

Y si eludimos los temas más candentes y pensamos en los estructurales, hay que decir que uno de los problemas más graves del momento es que el Estado está aprovechando los fondos Next Generation para potenciar las comunidades que no tienen riesgo de volverse independientes y, en cambio, castigará ampliamente Catalunya, como ha quedado patente con la fábrica de baterías de Seat y con muchos otros proyectos que pasan de largo de nuestro país.

Por eso creo que los debates interesados de los enemigos de Catalunya hacen que volvamos a tropezar con la misma piedra y nos fijemos en los árboles que no nos dejan ver el bosque. La raíz del problema es el estado español, la solución es la independencia y para alcanzarla tenemos un mandato del 14-F que pasa por un acuerdo de gobierno que ERC tiene que decidir si quiere cumplir

Es momento de tomar decisiones, no podemos esperar mucho más, y la solución es acabar de quemar las naves y preparar el embate democrático para culminar la independencia.

 

Joan Canadell, diputado en el Parlament de Catalunya