En este país han sucedido tantas cosas durante los últimos cuatro años que no hemos tenido ni tiempo ni espacio emocional para digerir ni para hacer el luto correspondiente por los atentados del 17 de agosto del 2017. Es preciso recordar que aquello que llamamos "la administración" tampoco ha ayudado ya que desde el minuto uno lo convirtieron en un sálvese quien pueda político con intervenciones y actitudes vergonzosas y lamentables desde todos los puntos de vista. Empezando por el humano. Pero, como acostumbra a suceder, la gentuza pasa, nunca se le piden responsabilidades -ni personales ni penales- y acaba sus días paseando el perro tranquilamente. Como si fuera una persona respetable. Y cuando digo "paseando el perro" quiero decir con un cargo en una compañía con puertas ventilatorias, en una gran empresa o en el parlamento europeo. ¡Y algunos todavía ahora se atreven a abrir la boca para darnos lecciones y reñirnos! ¡¡¡Ellos (y ellas) a nosotros!!! ¡SEN-SA-CI-O-NAL!

Este mediodía la UAVAT (Unidad de Atención y Valoración a Afectados por Terrorismo) ha convocado una rueda de prensa donde todavía me han puesto de más mala leche. Han comparecido la presidenta y la vicepresidenta de la entidad, Sara Bosch y Eli Micciola, y el asesor Robert Manrique. Manrique, la persona que más ha luchado para que sean reconocidas TODAS las víctimas de TODOS los terrorismos y sin ninguna distinción. Desde hace 34 años. Y nos han explicado que la sentencia de los atentados del 17A en BCN, Sant Just y Cambrils reconoce a 345 víctimas, de las cuales un 5% son personas muertas, el 90% heridas y el resto son familiares de víctimas muertas o heridas. Y que de estas 345 personas un 44,3% sufrieron secuelas psicológicas, un 31% físicas y un 18,3% las dos.

La UAVAT, que fue acusación particular en el juicio celebrado el pasado invierno, ha denunciado que CUATRO AÑOS después sólo 77 víctimas (el 22,3% del total) han recibido una indemnización por parte del Ministerio del Interior. Del resto no consta en ninguna parte ninguna información sobre su situación actual. O sea, ahora mismo nadie sabe si 248 víctimas de los atentados del 17 de agosto han recibido o no algún tipo de indemnización y si eso se debe a que les ha sido denegada o no. Una situación que es muy grave porque, como la sentencia los reconoce como víctimas, en el momento en que sea firme, todas tendrán derecho a reclamar. Y esta es la clave de la denuncia hecha hoy. Si nadie les dice nada y oficialmente no saben que son víctimas, la mayoría -y por desconocimiento- no reclamarán lo que es suyo. En la UAVAT les consta que la administración sólo ha llamado a todos los familiares de los muertos, pero sólo a algunos de los heridos. Del resto de víctimas, hay personas que saben que están en el listado porque lo dice la sentencia, pero nadie se ha puesto nunca en contacto con ellos ni los ha preguntado nada. La mayoría ni eso. Quizás por eso el juez escribió que las víctimas han sido olvidadas.

Pero espérese, que hay más. Imaginemos que mañana sale la sentencia definitiva. Pues bien, las víctimas que hayan sabido que tienen derecho a serlo deberán reclamar administrativamente al Ministerio del Interior su condición porque el mecanismo no se pone en marcha automáticamente de oficio sino que tienes que activarlo tú. Y para hacerlo tendrán que presentar diversa documentación. El problema es que 68 de estas personas ni siquiera tienen un informe médico sobre su estado y 82 lo tienen pero en él no consta ninguna valoración de las lesiones o las secuelas sufridas. Por lo tanto juntamos los que ni saben que una sentencia dice que son víctimas porque nadie se lo ha dicho nunca con los que quizás lo saben, pero no pueden probarlo documentalmente. ¡ME-MO-RA-BLE!

Y eso no va solo de dinero sino de los derechos derivados de ser una víctima. Y, sobre todo, de la reparación moral y personal. A todo eso añádale que 1/ se han aplicado diferentes criterios para decidir si una persona ha sido o no víctima del 17A. Mientras unos forenses han concluido que lo eran, los del Ministerio del Interior han denegado muchas solicitudes. ¿Estaría bien ponerse de acuerdo, no?, y que 2/ de 30 consulados contactados por el UAVAT sólo 2 han colaborado en la búsqueda de las víctimas que constan como originarias de sus países. Es la prueba definitiva que la desidia es global.

Durante muchos años muchos políticos se han llenado la boca con las víctimas pero usándolas para hacer política partidista y pornografía de los sentimientos. Por cuatro miserables votos las han manipulado, las han utilizado y han hurgado miserablemente en sus heridas. En vez de ofrecerles consuelo, apoyo, calor y ayuda psicológica, las han paseado por la calle a ver qué podían pillar Como ratas buscando comida entre los desperdicios. Y seguimos igual. Y como el Ministerio del Interior no busca a las víctimas del 17A que tienen derecho a serlo, lo tiene que hacer la UAVAT, una asociación privada sin recursos y a través de una rueda de prensa convocada un 16 de agosto de cuatro años después. Absolutamente desolador.