Esto sería como un bufete libre de la represión y del recorte de los derechos civiles y de las libertades. Llega el Estado Oscuro, que cada vez sé menos quién es exactamente pero que cada día tengo más claro que existe y que ha diseñado una estrategia, se pasea por delante de la exposición de posibles víctimas y dice: "Iré cogiendo a medida que me vayan entrando por los ojos, pero siguiendo un guion. Y no tengo prisa, porque puedo usar la justicia y la ley como me parezca. Y me da igual lo que suceda después porque el objetivo es escarmentar a toda la ciudadanía. Es la inmunidad de rebaño aplicada al miedo y al no te metas que será peor. Y con el toque mágico de que suceda lo que suceda, a mí no me pasará nunca nada porque soy tan invisible como intocable".

Y después de dar vueltas por las bandejas llenas de colectivos y profesiones, se detiene y exclama: "Mira, ahora me apetecería un rapero que cante cosas que me molestan". Y entonces, ¡chachachaaan!, aparece una denuncia amiga, unas pruebas construidas a medida, una instrucción todavía más amiga y más a medida, una buena afinada y un juicio donde te puede salir cara, pero no siempre. Y, pase lo que pase, se ha enviado un mensaje a la sociedad en general: "Callad que al final os haréis daño".

Y quien dice un rapero dice un titiritero, un dibujante, un manifestante, un activista social, el líder de una asociación cultural y de país... O usted. O servidor de usted. O nuestra tía Rosa. O Miquel, el campeón de dominó del barrio. Cualquiera puede participar en esta loto donde juegas sin saber que tienes todos los números para que te toque, sin haber comprado ninguno, y que siempre cae muy repartida. Como las hostias que normalmente acompañan la cosa. Y es así como ahora aspira a premio el fotoperiodista de El País Albert Garcia por unos hechos sucedidos el 18 de octubre del 2019 durante una de las manifestaciones contra la sentencia del 1-O.

La policía lo detuvo acusado de atentado a la autoridad por haber empujado a un agente y no haber hecho caso a los requerimientos de marcharse de la zona. La realidad es que Albert estaba haciendo su trabajo debidamente acreditado, que a algún agente no le gustó que fotografiara como apaleaba manifestantes y se le puso delante impidiéndole hacer su trabajo, y cuando él le recriminó su actitud, el policía decidió darle de hostias mientras le pedía la cámara. Y finalmente lo detuvo. Ahora la fiscalía le pide nueve meses de prisión y 480 euros de multa. A Albert, por supuesto.

Pero paralelamente Albert también está acusado de otros hechos sucedidos dos horas antes en la plaza Urquinaona. Según la versión policial allí "habría cogido violentamente por el cuello" a un agente y lo habría tirado al suelo. Bien, si usted conociera a Albert sabría que entre el equipo, el casco y su constitución, es muy difícil que fuera haciendo llaves de judo a un armario que, además, va vestido de gladiador y si lleva una cosa protegida es la cabeza y, por lo tanto, el cuello. Este cuento que no superan ni los hermanos Grimm en colaboración con Hans Christian Andersen, todos ellos habiéndose bebido tres botellas de absenta a morro, ya fue archivado por la Audiencia de BCN. básicamente porque, además, Albert no estaba allí.

Pero va, supongamos que sí, que Albert miente y que es la palabra de los unos contra la suya. El problema es que hay testigos. ¿Repasamos qué tuitearon entonces Anna Punsí de la Cadena SER, Bernat Vilaró de la ACN y Júlia Regué de El Periódico, y como Saül Gordillo, director de Catalunya Ràdio, se quejó de la agresión al redactor Arnau Maymó, que sólo fue una de las que sucedieron aquella noche?

PUNSÍ

Vilaró

Júlia Regué

Gordillo

Insisto, puede ser que al final no suceda nada, pero es que eso tanto les da y sería la propina. El objetivo, insisto, es enviar un mensaje. Si te manifiestas, informas, cantas, piensas u opinas, corres el riesgo de acabar en prisión. O con suerte, pisar los juzgados, perder alguna mañana, pagarte un abogado y un procurador y, eso seguro, recibir unas cuantas hostias. Es la bonita democracia que nos está quedando.