Es la gran pregunta. La que todos nos hacemos y la que nadie puede contestar porque nadie sabe la respuesta: ¿qué pasará el domingo?

Ahora mismo hay tres posibilidades: que no votemos, que votemos "pse-pse" o que votemos con normalidad. ¿De qué dependerá que pase una de estas tres cosas? Pues tampoco tenemos la respuesta, porque aquí las cosas pasan minuto a minuto y hacer cualquier previsión es absolutamente inútil. Sabemos que ahora mismo la batalla es controlar los colegios electorales. Los unos para poder votar y los otros para impedirlo. Eso sí, podemos analizar cuál es la situación el miércoles por la tarde y en qué puede desembocar.

El domingo se juega un partido muy importante, pero de una liga que no finaliza aquel día. El domingo no es la final, ni mucho menos. Ahora bien el resultado puede ser decisivo. En este momento el factor campo se llama miedo y se llama calle. El miedo de los de aquí por las consecuencias penales, económicas y profesionales que puede tener el 1-O para algunas personas. El miedo de los de allí porque un error de proporcionalidad los vierte a un escenario imprevisible, pero siempre negativo por sus intereses. Por eso usan la táctica del Timbaler del Bruc: hacer mucho ruido para amplificar su fuerza a ver si hacen huir a los de aquí absolutamente aterrorizados.

La prueba de eso es que, de momento, han aflojado un poquito. Sí, continúa la acción indiscriminada y unilateral de la Fiscalía, cuya imagen quedará tan estropeada que no la levantará ni Nacho Vidal cuando tenía 20 años (hoy le ha tocado a policías locales y menores). Sí, el TSJC se ha añadido a la juerga con el tema Mossos y la Audiencia Nacional con la sedición. Sí, siguen violando la correspondencia. Y, sí, hay efectos colaterales absolutamente marcianos causados por la okupación de las cuentas de la Generalitat. Pero a día de hoy la sensación es que ha bajado el suflé. No ha habido más detenciones (que, por cierto, fueron hechas con doble tirabuzón para humillar, buscando el efecto Timbaler del Bruc ya mencionado), se han acabado los registros indiscriminados y arbitrarios en imprentas sin ni siquiera una orden judicial (por cierto, los miembros de las mesas están recibiendo las notificaciones) y ha disminuido la presión contra los medios de comunicación. A partir del lunes, ya veremos qué sucede, pero hoy por hoy han frenado objetivos y se concentran en los Mossos. Y la explicación son las movilizaciones del miércoles pasado, las del día 20. Aquel día de fuego y de vulneración de derechos como no se veía desde hacía tiempo fue contestado por la sociedad catalana en bloque. Desde el público del Liceu a los estibadores. De CCOO a los colegios profesionales más diversos. Del Barça a la gente de la CUP cantando el Virolai. De la puerta de la Conselleria d'Economia a la plaza del ayuntamiento de decenas de pueblos catalanes. Aquello fue de tal magnitud que no tuvieron más remedio que bajar el tono del tambor porque si no corrían el riesgo de que tambor y tamborilero se fueran montaña abajo una semana y media antes del partido. Y lo peor para los de allí es que quien se ha apropiado de su discurso en la calle y de su imagen pública son grupos violentos que juntan más violencia que personas.

Si votamos como el 9-N, Rajoy y Soraya están acabados y el Estado desautorizado. Si votamos pse-pse (o sea, en algunos lugares sí y en otros con mucho control policial no) todavía tienen la oportunidad de usar los medios amigos (televisiones públicas y privadas españolas y prensa de papel) para vender que han ganado, aunque no sea del todo cierto. Y si no se puede votar en ningún sitio, habrán ganado el partido, sí, pero no por 10-0 tal y como pronosticó la vicepresidenta española. Porque el efecto que tendrá en la sociedad catalana todo lo que ellos han hecho estos días será un ensanchamiento de la grieta. Y con mucha más gente en este lado.

Y eso lo saben. Y muchos son conscientes de que la desproporción los lleva al fracaso. Un ejemplo significativo es este que le mostraré. Es la cuenta de twitter "Foro Guardias Civiles", que no es oficial, pero usa su nombre. Y, sí, quizás la llevan guardias civiles, pero en ningún caso representa el cuerpo. Pues bien, se ha convertido en uno de los más beligerantes y militantes de la causa unionista radical. Pero hoy han recibido un zasca monumental de un militar con una bio donde dice "la honradez no es una situacion, sino una virtud, si queréis seguidores empezad chupamdomela (sic)". Como para situarnos, ¿verdad? Un militar que no le ha importando hacerlo desde su cuenta personal con nombre y foto, cosa que lo hace fácilmente identificable:

Pues eso. Que si en estos niveles se dice esto, afirmar que queda mucho de partido y mucha liga y que el resultado final depende de cómo juguemos nosotros vuelve a no ser una opinión sino una descripción.