Caramba con el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo (TEDH), que tiene mala suerte a la hora de escoger al representante español. Primero fue el señor ex Tribunal Constitucional, Francisco Pérez de los Cobos, que les aseguró tener un inglés y un francés nivel nativo. Lástima que olvidó añadir que era nativo, sí, pero del centro mismo de Plutón. Y así fue como cuando la asamblea parlamentaria del Consejo de Europa le preguntó, en inglés, cómo se llamaba, él les respondió que "oui". ¡Y aun así obtuvo 37 votos!

Y cuando ya habían escogido a la candidata María Elósegui porque reunía las condiciones idóneas, descubrimos que la señora en cuestión tiene unas ideas que, como mínimo, resultan pintorescas para alguien que tiene que formar parte de un Tribunal que le llaman de DERECHOS HUMANOS. Recordemos que el concepto "derechos humanos" quiere decir, según el diccionario: "Conjunto de derechos inalienables y pertenecientes a todos los seres humanos. Conjunto de derechos esenciales de la persona, independientemente de la edad, el sexo, la raza o la religión, que le garantizan una vida digna".

Y es que, en una entrevista publicada el año 2014 en el portal Almudi.org (del Opus) y recogida por Eldiario.es, la señora Elósegui habla, de entre otras cuestiones, de los homosexuales. Y dice: “Quienes construyan y realicen su comportamiento sexual de acuerdo a su sexo biológico desarrollarán una conducta equilibrada y sana, y quienes se empeñen en ir contra su biología desarrollarán distintas patologías. Eso está claro”. ¡Han cantado bingo! ¿Algún bingo más? Pues sí. Eldiario.es recoge otros momentos de gloria de la señora.

En un libro titulado El rostro de la violencia. Más allá del dolor de las mujeres, Elósegui también habla de la homosexualidad. Y dice que “como se sabe, es mucho más compulsiva y lleva, a pesar de la gran necesidad afectiva de estas personas, a tener un elevado número de parejas”.

Pero Elósegui también habla de la homosexualidad en formato artículo. En uno del año 1995 afirmaba que “La anulación de la diferencia entre los géneros masculino y femenino es lo característico del cuarto modelo. Como propuso el primer feminismo radical, se trata de conseguir la absoluta igualdad entre varón y mujer. Para lo cual no basta sólo con eliminar el privilegio masculino, sino que hace falta dominar los condicionamientos biológicos. Esto se lograría cuando la mujer tuviera el control absoluto de la reproducción, incluyendo el aborto a petición. Y supondría una total liberación sexual, que implicaría el derecho del individuo a tener relaciones sexuales con otros, sin que importara su sexo o condición”.

En otro artículo de 1999 titulado "La ONU aprueba el control de la población, con otro nombre" se atreve con el preservativo: “No se explica que no es eficaz frente a otras enfermedades de transmisión sexual más frecuentes que el SIDA, como gonorrea, sífilis, herpes, infecciones pelvianas, etc. Tampoco el preservativo protege de los abusos sexuales en sí; más bien, puede fomentarlos en el violador, que pone medios para evitar un embarazo en la víctima”.

Pero no se vaya, que todavía hay más artículos. Escribió un sobre educación sexual en el Tercer Mundo donde leemos: “Se pretende introducir la educación sexual obligatoria en el currículum escolar, sin contar con los padres (...) En esta línea se inserta la campaña para que la Santa Sede no tenga status consultivo en las reuniones de la ONU. La Santa Sede no es susceptible de someterse a las presiones de los poderosos y no se calla, lo cual molesta a los que quieren imponer sus opiniones”.

La buena noticia es que, en una entrevista de hace un par de semanas en El Heraldo de Aragón afirmaba que existe una nueva xenofobia basada en miedos que ataca el Islam "cuando muchos de estos chicos (refugiados) son vulnerables y se les utiliza". Y esta es una buena noticia porque, como mínimo, la nueva representante española en el TEDH parece que tiene una cierta sensibilidad hacia algún colectivo vulnerable. Y esto quiere decir que defenderá los derechos humanos de alguien. Podría ser peor. Todavía más. Teniendo en cuenta que la candidata buena era ella y que, por este motivo, fue la elegida.