Una de las cosas más interesantes de tener ojos y orejas es que puedes oír y ver la realidad. Y que también puedes oír y ver la mentira. Y el domingo, en el programa de Ana Pastor en La Sexta, pudimos asistir a un momento en que el ministro de Exteriores del Reino de España, Josep Borrell, mintió.

Y mintió prevaricadoramente. O sea, sabiendo que lo estaba haciendo. Con plena conciencia y de forma y manera irresponsable con un tema no menor como el de la convivencia. Porque, a ver, un político profesional como él puede mentir con un dato, tunear un hecho o manipular lo que ha dicho otra persona. Y aunque sea feo hacerlo, entra dentro de las reglas del juego político y no pasa nada porque estamos hablando de temas menores. Pero la convivencia es una cosa demasiado importante como para hablar alegremente de ella. Y Borrell dijo, textualmente y dos veces, que Catalunya está "al borde del enfrentamiento civil". "Enfrentamiento", eh. Dijo "enfrentamiento".

Oiga, que si lo dice un señor en un bar de carretera de aquellos con neones, mientras saborea un Cynar con hielo y va eructando fruto de una sobredosis de alioli mal digerida, pues no pasa nada y adelante. Pero si un ministro de Exteriores de uno de los principales países de la UE dice en un programa de TV que en una parte de su territorio están a punto de un enfrentamiento civil, es porque tiene información y, sobre todo, certeza. Porque si no, no lo diría. Y si lo dice, estamos ante una situación gravísima y hay que tomar medidas urgentes. España y la UE. Porque Europa no se puede permitir un enfrentamiento civil interno.

Pero, claro, ni España ni Europa tomarán ninguna medida urgente porque saben que Borrell mintió.

Y, sí, como ahora se ha organizado un pollo monumental, es posible que el ministro por obra y gracia de Pedro Sánchez salga diciendo que no ha dicho lo que ha dicho o que no lo hemos entendido bien. De hecho, en la misma entrevista dijo que cuando había hablado de "desinfectar Catalunya" se refería a las heridas de la sociedad catalana y no a los catalanes. Lástima que cuando en la última campaña electoral le pregunté por esta cuestión, entonces también dijo otra cosa...

Borrell afirma que Catalunya está al borde del enfrentamiento civil porque el unionismo radical quiere instalar la idea de que en Catalunya hay dos comunidades enfrentadas violentamente. Es su estrategia y a ella le dedican todos sus esfuerzos. Incluidos los del Ministro de Asuntos Exteriores.

Ah, por cierto, ¿se imagina el jefe de la diplomacia alemana, francesa u holandesa diciendo que en su territorio está a punto de suceder un enfrentamiento civil? ¿La que se liaria?

Bueno, a no ser que realmente fueran ministros de cuñadismo.