No, el hombre no fue a la Luna. Sí, el imán de Ripoll era confidente del CNI. Son las dos grandes teorías de la conspiración del día. La primera ha sido desmentida por el silencio histórico de los grandes rivales de los americanos en la lucha espacial. Claro, si Armstrong y Aldrin no hubieran pisado la luna, los soviéticos de entonces o los rusos de ahora, habrían hecho lo posible para presentar las pruebas que lo demostraran. ¿Lógico, no? En cambio, con la segunda teoría sucede el efecto contrario porque es precisamente el silencio quien la alimenta.

Y eso plantea la gran pregunta: ¿ante las pruebas que está presentando cada día Carlos Enrique Bayo, los interpelados no tienen nada que decir? ¿Prefieren el silencio a que todo el mundo piense que, efectivamente, el imán de Ripoll cobraba del Estado (por lo tanto, usted y yo le pagábamos un sueldo), que el CNI seguía sus pasos y los de los integrantes de la célula terrorista, que sabían los movimiento de todos ellos por Europa y que, por lo tanto, podían sospechar que preparaban lo que acabaron haciendo y que el atentado se podría haber evitado?

Es que si no dicen nada de nada, si no desmienten todo lo que se está explicando, los ciudadanos no tenemos ninguna otra alternativa que creernos la versión según la cual 14 personas murieron por culpa de la incompetencia manifiesta de quien nos tenía que proteger. Y tener que pensar eso, realmente es muy triste.

Ojo, no estoy diciendo que los servicios de inteligencia sean los responsables de los atentados. Y sí digo que prever una situación como aquella es muy complicado porque todo es tan horrorosamente sencillo como alquilar una furgoneta y circular a gran velocidad por una calle con mucha gente. No, estoy diciendo que si el Estado no sale a dar su versión, no me ofrecen ninguna opción. No puedo escoger. Entre Bayo y el silencio, sólo puedo escoger Bayo. Él ofrece pruebas y documentos y la versión contraría ofrece enmudecimiento.

Y a partir de aquí la otra única alternativa que nos dejan es especular sobre las causas de este silencio. ¿Por qué calla el Estado? Si ante un caso tan bestia prefieren asumir que la mayoría de catalanes piense que tienen relación con el atentado antes que explicarnos la verdad, están regalándonos sospechar que esconden una cosa todavía peor.

Es que mire que sería sencillo acabar con las especulaciones y las teorías de la conspiración. Sales y das tu versión. O bien: "miren, sí, el imán era confidente nuestro, pero fue muy hábil y consiguió que no sospecháramos de él. Y los chicos tomaron medidas de seguridad muy buenas y nos engañaron". Y a partir de aquí se depuran responsabilidades y se toman las medidas oportunas para que no vuelva a suceder. O bien "no, el imán no era confidente nuestro y de los chicos no sabíamos nada de nada". Y tema resuelto.

Las familias de 14 personas se lo merecen. Y nosotros también. Porque entre una cosa y otra, como sociedad todavía no hemos pasado el luto de aquel horror.