Al principio de la época de la gran psicosis por la seguridad aérea, los controles del aeropuerto de Son San Joan estaban llenos de ensaimadas requisadas a los turistas que volvían de la isla con este preciado recuerdo. ¿Excusa? El cabello de ángel o la crema del relleno podían ser usados para fabricar explosivos. Hasta que un día imperó el sentido común, las ensaimadas dejaron de ser consideradas precursoras de peligrosas bombas y la gente pudo volver de las Balears cargando con las famosas cajas atadas con el no menos famoso cordelito.

En agosto del 2014, Liberia y Sierra Leona sufrieron un brote de Ebola. Dos misioneros españoles que estaban allí murieron infectados por este virus, después de ser repatriados. María Teresa Romero Santos, una de las auxiliares de enfermería que los atendió en el hospital Carlos III de Madrid, se contagió accidentalmente. La ingresaron con un despliegue nunca visto, le mataron el perro (dijeron que por si acaso, pero todavía hoy nadie ha sabido explicar por qué lo hicieron realmente) y a ella posteriormente la dieron por muerta.

Muerta para|por Évola

Pues suerte que no le hicieron la autopsia porque un mes y medio después, el 21 de octubre, ya no tenía virus y poco días después volvió en su casa. Sin virus y sin perro.

Ahora ha llegado el coronavirus, que hemos descubierto que se llama así porque visto en el microscopio tiene forma de corona. Me ahorro comentarios al respecto porque ya se han hecho todos los chistes posibles. Y los medios de comunicación hemos enloquecido. Claro, un buen virus con mil muertos en todo el mundo, de momento, da muchos clics y mucha audiencia. Y es así como hemos visto grandes titulares del tipo: "¡El virus llega a España! ¡Ya hay un caso en La Gomera". Pues bien, dos cositas sobre el tema: 1/ La Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias ha dicho este lunes por la tarde que el señor que ingresaron "no tiene ninguna sintomatología" y 2/ Desde el punto más al sur de la península, Tarifa, hasta La Gomera, y en línea recta, hay 1.700 km de distancia. Desde Madrid 2.100 y desde A Coruña 2.500, que es la misma distancia que hay entre esta ciudad gallega y Copenhagen. Efectivamente, moriremos todos, sí.

Y hablando de morir. El pasado 10 de enero un extremeño murió de gripe. En la propia Extremadura y de la gripe normal, eh, de la de toda la vida. Fue la primera víctima de esta temporada anual de pasa de gripe. ¿Usted vio algún titular? ¿Y vio alguno el año pasado, cuando en España murieron de gripe 6.300 personas. ¿Se imagina qué sucedería ahora mismo si murieran 6.300 españoles por coronavirus?

¿Estoy diciendo que el coronavirus es una broma? ¡No! Estoy diciendo que la broma es como estamos enloqueciendo todos con el coronavirus y como estamos perdiendo el juicio y la racionalidad. Y estoy diciendo que la psicosis relacionada con el virus y el Mobile es de siglo XIV cuando la peste negra asolaba Europa. Claro que hay que tener unas mínimas medidas preventivas, pero de aquí al goteo de empresas que van desertando va la misma distancia que entre A Coruña y la capital danesa. Y le diré más, el virus más probable que puede haber en el Mobile es informático.

Y a las empresas que no vienen, dos preguntas: 1/ ¿Ninguno de sus trabajadores, ni uno, hará ningún viaje durante estos días a ninguna parte del mundo por miedo al coronavirus? i 2/ ¿Teniendo en cuenta que es una feria de tecnología punta, no pueden hacer los negocios usando los beneficios de la red? ¿Me están diciendo que todavía hace falta el contacto humano? Vaya, pues es un gran descubrimiento... O es que con la excusa del congreso venían a comer y, sobre todo, a vivir la noche, momento en que todo el mundo sabe que los coronavirus son más propensos a salir a pasear.

No nos falta mucho para leeer el siguiente titular: "Frankfurt Hermanos Paco, que tenía previsto instalar su food truck en el centro de BCN para atender a los congresistas como se merecen, anuncia que tampoco asistirá al Mobile por miedo al virus... y a quedarse sin mostaza".