Vivimos en el primer cuarto del siglo XXI y tenemos suficiente tecnología a nuestro alcance para que usted y yo, en posición de apalanque total en el sofá de casa, y sólo apretando un botoncito del móvil, podamos ver en un radar la posición exacta de una borrasca cinco o seis horas antes de que llegue al lugar donde estamos. Y observar si provoca mucha o poca lluvia. Y saber si provoca nevadas importantes o no. Y, si con esta información no tenemos bastante, tenemos decenas de posibilidades más para saber qué tiempo hará en las inmediatas horas.

Vaya, que usted y yo, sin ser expertos, en un espacio razonable de tiempo, y sin salir de bajo de la mantita, podemos prever con una gran exactitud si tenemos que entrar o no la ropa que tenemos tendida o si tenemos que empezar a preparar la pala para sacar nieve o no de la puerta de casa.

Pues bien, una vez más esta realidad se ha inundado y se ha congelado y unos 3 mil vehículos han quedado atrapados la noche pasada en la AP-6 en la zona de Segovia por culpa 1/ de un temporal que estaba anunciado y 2/ de la habitual falta de previsión.

Y no, este no es un artículo contra el PP ni contra la tradicional ineficiencia española, que también. Y no lo es porque esto que ha sucedido esta madrugada de domingo relativamente cerca de Madrid, capital de un Estado europeo moderno, desarrollado, con un AVE que te cagas y bla, bla, bla, ya ha pasado en otros lugares y en otras madrugadas de otros momentos cuando no mandaba el PP. Y también ha pasado en nuestro país. Y con un par de ejemplos hay más que suficiente: el de febrero del 2015 en el túnel del Bruc o el de diciembre del 2001 con el famoso temporal de nieve que sacudió el Gobierno de CiU.

Y eso es lo que no entiendo. ¿Si hay una previsión de temporal de frío y nieve y si la imprevisión de otras veces ya ha originado graves problemas, cómo es que sigue pasando? ¿Cómo es que miles de personas han vuelto a quedarse incomunicadas en medio de la nada sin que nadie haya ido a rescatarlos?

El director de la Dirección General de Tráfico, Gregorio Serrano, ya ha aparecido este domingo diciendo que en los paneles de información de las carreteras hace días que avisaban del temporal y que los que se quedaron aislados no tomaron precauciones. ¿Tiene parte de razón? Sí. La gente tiene que ser responsable de sus actos y si hay riesgo, ser prudente. Pero también es cierto que si tú vas por una autovía que administra una concesionaria, esta concesionaria, con la ayuda de esta DGT del señor Serrano, tienen bastantes recursos para saber si hay una zona que sufre un fuerte temporal de nieve o no. Y si no los tienen (los recursos), nos pueden consultar a usted y a mí y se lo miramos por el móvil. Y una vez les expliquemos la realidad, las autoridades pueden hacer tres cosas: 1/ no permitir el paso de vehículos hacia aquella zona para evitar riesgos innecesarios, 2/ enviar inmediatamente quitanieves y material adecuado y 3/ no hacer nada. Y normalmente siempre gana la tercera opción.

Y ahora veremos lo que vemos siempre: la oposición cargando con vehemencia contra un PP que cuando era oposición cargó contra quien entonces era gobierno y ahora es oposición, el gobierno pidiendo comparecer para dar todas las explicaciones y más pero sacándose las pulgas de encima y, lo más importante, veremos que no pasa nada. Bien, sí, pasará que en la próxima alerta por temporal estarán a punto cuatro millones de quitanieves, la flota mundial de camiones con sal, el ejercito, los GEOS, los piolines y lo-que-haga-falta-señora. Y al final acabarán cayendo cuatro gotas. Y entonces las críticas serán por haber exagerado el riesgo. Y seguidamente sucederá que este mismo caos de ahora se repetirá, pero en la siguiente alerta, que volverá a ser la buena y que les volverá a pillar desprevenidos. Y pasará que el PP entonces estará en la oposición y cargará contra el Gobierno del momento, que es quien ahora carga contra el PP desde la oposición.

Hasta que un día sucederá una desgracia de verdad.