El gobierno Rajoy estudia que una de las maneras de parar el procés sea activando el estado de excepción en aplicación del artículo 116 de la Constitución. Este artículo se refiere a los "estados de alarma, excepción y asedio" (que no Amedio), pero claro, como de momento nos lo han aplicado poco, no sabemos exactamente qué quiere decir y estamos muy perdidos.

Y es así como esta humilde columna, siempre al servicio de la ciudadanía, ha investigado la ley y está en condiciones de afirmar que la aplicación del estado de excepción y de asedio (que no de Amedio) es lo mejor que nos puede pasar:

· El estado de excepción y asedio (que no de Amedio) prevé prohibir la circulación de personas y vehículos en horas y lugares determinados. Eso es fantástico. Si lo aplicaran a Rodalies, la falta de pasajeros solucionaría los problemas de la red para siempre. Porque, claro, Rodalies funciona perfectamente mientras no circulan trenes. El problema es la gente, que quiere ir de un lado a otro sólo para molestar. Pues bien, si no hay gente yendo a ningún sitio y los trenes están parados, ya no habrá incidentes ni retrasos.

Pasa lo mismo con el tráfico. Si no se permiten circular los coches, se han acabado los atascos. Sin atascos ya no hacen falta carreteras, y si no hacen falta carreteras, los catalanes ya no podrán quejarse de la falta de infraestructuras, dejarán de ser indepes y podrá levantarse el estado de excepción y de asedio (que no de Amedio). Eso sí, después seguirá vigente la prohibición de ir en tren y en coche, porque a la que vuelvan a funcionar, volverán a ir mal y la gente volverá a hacerse indepe.

· El estado de excepción y asedio (que no de Amedio) prevé exigir a determinadas personas que comuniquen, con 48 horas de antelación, cualquier desplazamiento fuera de la localidad donde residan. ¿Sabe qué quiere decir eso? Que se han acabado también los atascos de fin de semana!!!

- ¿Usted, a dónde quiere ir?

- A esquiar

- ¡Prohibido!

Y el túnel del Cadí puede reciclarse en la cría de champiñones, que son buenísimos. Y muy sanos.

· El estado de excepción y asedio (que no de Amedio) permite intervenir toda clase de comunicaciones privadas. Y eso quiere decir también... ¡¡¡los chats de whatsapp de las escuelas!!! ¿Se lo imagina? ¡¡¡Se han acabado para siempre los 5 mil trillones de billones de mensajes diarios de padres y madres!!! ¡¡¡Viva el estado de excepción y el de asedio (que no de Amedio)!!!

· El estado de excepción y asedio (que no de Amedio) prevé cerrar comercios. Eso incluye las panaderías, boutiques del pan y el resto de nombres con que ahora se llama lo que toda la vida les habíamos llamado una panadería. Y eso será un gran descanso para los panaderos y para los clientes que, los unos por los otros, han llegado a una situación insostenible. Efectivamente, lo ha adivinado, me estoy refiriendo a que los panaderos van haciendo cada vez más variedades de panes y los clientes van pidiendo más. Y cuanto más piden los unos, más hacen los otros. Y viceversa. Y los unos para hacer felices los otros, y los otros para hacer felices a los unos, hemos llegado a que ahora mismo un cliente puede llegar a pedir un pan de coca normal de fibra sin gluten con harina ecológica de espelta y con semillas y el panadero ofrecerle un pan de Valls de cebada integral ecológico con pipas y olivas. Gracias al estado de excepción y asedio (que no de Amedio) volveremos a lo de toda la vida: la barra de cuarto y de medio, él panecillo, el panecillo de Viena y el bastón. ¡Y basta!

- El estado de excepción y asedio (que no de Amedio) puede suspender cualquier emisión de radio y TV. ¡¡¡Por fin cerrarán TV3!!! Y se ha acabado el adoctrinamiento!!! ¡¡¡Y por fin todo el mundo verá Tu casa a juicio en Divinity!!! Ah, y también se pueden cerrar salas de espectáculos. ¡¡¡Por fin el TNC podrá reconvertirse en un tanatorio!!! Bueno, que es lo que siempre ha parecido que era...

- Finalmente, el estado de excepción y asedio (que no de Amedio) no lo prevé, pero tendría que preverlo, prohibir las remontadas, prohibir subir a Montserrat a cumplir promesas, prohibir la quinoa (que es demasiado sana y alargaría la vida de los catalanes) y prohibir a los periodistas de la BBC hacer preguntas en inglés a Rajoy.

Ay no, eso último no hace falta...