La Operación Diálogo sigue abriéndose paso en esta Catalunya secuestrada por el totalitarismo y todo aquello que usted ya sabe y que se resume en un concepto: "Bla, bla, bla". La última ocurrencia nos la ha explicado Xavier García Albiol, el líder del PP catalán (de momento, y a la espera de los movimientos de cierta prensa influyente de Madrit –concepto– que maniobran para situar en su lugar a Nacho Martín Blanco).

Sostiene el badalonés que "hace falta una estrategia" porque los catalanes "sintamos España". Y esta estrategia se llama "una mayor representación del Estado en Catalunya" que haga frente "al adoctrinamiento" que sufrimos. ¿Cómo?

1/ Con "medidas correctoras" en la enseñanza, donde "ha habido un uso enormemente cruel de lo que es una parte de la escuela pública, que se ha convertido en un instrumento de adoctrinamiento a favor del sentimiento independentista y en contra de lo que significa España."

2/ Trasladando el Instituto Cervantes a Barcelona.

3/ Haciendo que la selección española de fútbol juegue partidos en Catalunya.

O sea, no quieren españolizar a Catalunya solucionando el caos de Rodalies, o invirtiendo en infraestructuras lo que está comprometido (ya no lo necesario sino lo que está firmado), u ofreciendo explicaciones sobre las reuniones del anterior ministro del Interior (que ha sido el PP en Catalunya durante muchos años) para preparar el asesinato civil de personas a base de destruir su honorabilidad (y, ya puestos, detallando la financiación de esta guerra sucia y quien la paga), o aclarando a todos los españoles la verdad del FLA, la estafa y el insulto a la inteligencia mayor que ha parido madre. No, no, de todo esto, nada. El sentimiento de pertenencia a España pasa por la lengua y el deporte.

Bien, al menos esta vez no nos amenazan con llevarnos al Senado. Vamos mejorando.

Pero lo mejor de esta explicación de cuáles serán los movimientos futuros del unionismo es que, sin darse cuenta de ello, nos señalan las manías de sus impulsores. Es el efecto molde. Para obtener un molde con el que fabricar cualquier objeto (desde un pastel hasta un plástico pasando por una joya), primero hay que hacer el negativo. Si tú dices que impulsarás una campaña ideológica contra la inmersión en las escuelas públicas, potenciarás todavía más el castellano y politizarás el deporte, lo que estás haciendo es desnudar la causa (o sea, obteniendo el negativo) de esta obsesión unionista manifestada repetidamente contra 1/ los niños, con el último ejemplo de los farolillos de Vic; 2/ TV3, lugar estratégico, comunicativamente hablando, donde se habla catalán, y 3/ el Barça, nido de indepes peligrosos y siniestros que gritan "Independencia" cada minuto 17.14 y van con estelades.

O sea, yo te acuso de manipular a los niños, de pretender que todos los catalanes conozcan el catalán y de remover sentimientos patrióticos con el deporte y te digo: "¿Mira, sabes qué? A partir de ahora eso lo haré yo". ¿Enternecedor, no cree? Y, sobre todo, esclarecedor.

Pues ya lo sabe, prepare paraguas porque llegan tormentas (todavía más) en las escuelas, en los medios públicos (y en algunos privados, también) y en el deporte.

¡Suerte que le llaman Operación Diálogo!