¿Podrá repetir Carles Puigdemont como president de la Generalitat? Es la pregunta que hoy empieza a ser "la" pregunta. Analicemos la situación a ver si encontramos la respuesta.

Ahora mismo, Carles Puigdemont es el candidato de los partidos indepes a presidir la Generalitat. Su situación legal, gestionada por el Estado español y su justicia, provoca que si intenta venir para asistir el pleno del Parlament sea detenido nada más pisar el primer milímetro del suelo perteneciente a España.

"Pero, es que Puigdemont tiene inmunidad parlamentaria", dicen algunos. Miren, más inmunidad tenía la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, y fue detenida y encarcelada. En todo caso, a favor de la hipótesis de la detención inmediata hay un elemento definitivo que es que la España que vota PP y Ciudadanos, la del "¡a por ellos, óe!", quiere ver a Puigdemont esposado. Y si Puigdemont entra en España y el PP no le da a sus votantes esta foto, lo que está dando es la mayoría a Ciudadanos. Y eso en el PP no lo permitirán.

Por lo tanto, eliminamos por imposible el escenario de la venida de Puigdemont y nos quedamos en el del pleno con voto delegado (o no) desde Bélgica. En este escenario es la Mesa quien tendrá que decidir si permite o no este voto que ahora le laman "telemático" y que ya ha sido solicitado.

Si la Mesa decide que sí, el Tribunal Constitucional intervendrá a petición del Gobierno. Entonces pueden pasar dos cosas: 1/ que actúe preventivamente no permitiendo el pleno, con lo cual sólo podría investirse Puigdemont desobedeciendo la decisión, una situación que abriría las puertas a una querella contra la nueva Mesa o 2/ que el pleno se desarrolle con normalidad y votando los diputados en el exilio, que Carles Puigdemont sea elegido president y que sea entonces cuando el TC anule el pleno, ya veríamos en qué términos y condiciones. Si se decidiera desobedecer, el president seguiría en Bélgica y, en aplicación del 155, el posible gobierno que nombrara no sería efectivo. Aparte que la Mesa también recibiría una querella.

Por lo tanto, actúe antes o después del pleno, el TC lo anulará o bien lo congelará y no tendremos ni president ni Govern. Eso nos lleva a la siguiente pantalla. La ley dice que si no se inviste ningún presidente en primera ni segunda votación hay dos meses de margen hasta encontrar a otro candidato (o candidata). Y aquí es cuando el partido del President tiene la capacidad de decidir qué pasa. Si mantiene la apuesta Puigdemont, vamos a elecciones pasados estos dos meses porque no hay ninguna otra alternativa. Y, a partir de aquí se abren todo tipo de nuevas posibilidades porque el contador volvería a ponerse a cero.

En cambio, si Junts per Catalunya y Esquerra hacen saltar a los exiliados de sus listas y en su lugar entran diputados nuevos que no tengan que delegar el voto y, paralelamente, presentan a otro candidato que, entonces sí, obtendría la mayoría sin que el TC pudiera impedirlo... pues ya tenemos 131º president (o presidenta) de la Generalitat.

Y si este fuera el escenario final, mírese los nombres de la lista de Junts per Catalunya y apueste por uno (o por una). Va, ánimo, que tampoco hay tantos con posibilidades reales. Y una vez lo haya hecho, decida si me compra o no el titular de este artículo.