El ser humano indepe es una persona muy disciplinada. Cada día se levanta muy temprano muy temprano, efectúa los trabajos propios de la pulcritud personal, evacua (que un indepe nunca sabe cuándo volverá a su WC), desayuna de una manera sana pero contundente (por si acaso), prepara una pequeña bolsa de viahje con una muda y el cepillo de dientes, pone en marcha el ordenador e introduce la clave y, finalmente, se sienta a la puerta de su casa. Si a las ocho y media la Guardia Civil no lo ha venido a detener, entonces empieza la jornada laboral con normalidad y hasta el día siguiente, cuando repetirá el proceso. ¿Que aquel día toca detención, por indepe? Pues él ya lo tiene todo a punto para lo que haga falta.

Total, que hoy tocaba y en este caso la cosa se llama "Operación Volhov". Volhov es el nombre de una de las batallas que la División Azul libró en Rusia durante la Segunda Guerra Mundial combatiendo al lado de los nazis. Y acto seguido le explico la trama que se ha podido conocer después de que hayan dedicado dos años y tres meses a escribir el guion.

Vladimir Putin, al frente de las selecciones catalanas, quería recalificar unos terrenos del Estado Mayor del Procés en Cabrera de Mar a medias con una inmobiliaria controlada por Julian Assange utilizando unas charlas en el foro de Crans Montana que la cadena Rússia Today habría transmitido en directo por twitter. La compra de los terrenos la habrían realizado 10 mil soldados rusos haciéndose pasar por el grupo Abba cantando Waterloo en la Diputación de BCN para convertir Catalunya en Suiza y entonces, en una hábil maniobra, transformar a estos 10 mil soldados, de cantantes de Abba a una guardia suiza que permitiría convertir Xavier Vendrell en Papa de Catalunya. Eso se habría podido llevar a cabo pagando 300 millones de dólares rusos esterlinos a través del 3% de la familia Pujol en Andorra sirviendo una ensalada rusa hecha con mahonesa de fairy y elaborada por el agente Cipollino en la Casa de la República de Crimea en pleno tsunami democrático.

Conscientes de que eran investigados, los 10 mil soldados rusos habrían llamado a David Madí. Todos a la vez. Cada uno con su propio teléfono. Pero Madí comunicaba porque estaba hablando con Oriol Soler, que realmente se llama Dimitri Kalinka Kalinkakalá. Estaban decidiendo por dónde entrarían a BCN las tropas. Y esta es la conversación que fue interceptada:

- ¿Cómo lo ves por la Diagonal?

- Demasiado visto. En más, Rusia está en el norte.

- ¿Entonces qué, por el Maresme?

- ¡Perfecto!

- Pero se encontrarán con las obras de la plaza de las Glorias. Vengan ahora o vengan el año 2304.

- No sufras, la excavadora la controla Edward Snowden y también la recalificaremos para financiar Puigdemont usando la tapadera de la gira del Tsunami por la frontera francesa.

Y a partir de aquí ya viene el resto de la realidad investigada y también probada al 100%. Naturalmente. Como siempre. Ya lo sabe: elefantes rosas volando, nadie llevando la nariz por fuera de la mascarilla, patinetes eléctricos circulando correctamente y a la velocidad adecuada, Umtití sin ninguna lesión, una compañía de servicios con un servicio de atención al cliente efectivo, una persona que se vio con Villarejo y no fue grabada, Oriol Mitjà y Alba Vergés dando las campanadas de TV3. Vaya, la verdad en estado puro.

Y no, eso no es la estrategia del deep state de ir disparando perdigonadas a Carles Puigdemont acusándolo de delitos de todo tipo, a ver si algún día le suena la flauta de la justicia europea. Nooooo, imposible...