Al final ha sucedido lo que se veía venir. En Catalunya hay 500 mil autónomos, aparecen 20 millones de euros a repartir entre los diez mil primeros que cumplan unos requisitos discutibles y que entren en una página web tan saturada que tienen que estar horas y horas a la espera y en el 99% de los casos para nada, cuatrocientos noventa mil autónomos se quedan fuera de las ayudas y los que finalmente consigan algún día cobrar los dos mil euros que tocan por barba no sólo no solucionarán nada sino que a duras penas pagarán la cuota base de cinco meses. Es que no podía ir bien de ninguna de las maneras.

Total, que se han despilfarrado 20 millones de euros gastados en no resolver nada y con un método incomprensible, inútil e injusto. Y ahora nos piden perdón por la confusión. Muchas gracias. Es un detalle de agradecer. Pero otra vez, antes de hacer nada, pregunten a los autónomos. O, mejor todavía, háganse autónomos durante un año. Y entonces entenderán muchas cosas. Y por si volvieran a aparecer 20 millones más, propongo varios modelos de reparto más divertidos que este de ahora.

- Sorteo del gordo del autónomo. Cada autónomo es obligado a comprar un boleto. Con un precio de 100€. Se hace un sorteo y a quien le toque, cobra. Vaya, influye la suerte como en eso de la web, pero serían los autónomos los que financiarían el premio de los 20 millones. Y como 500 mil autónomos a 100€ son 50 millones de euros, la administración ganaría 30.

- SEPE-Gordo. Es un sorteo como el anterior pero para darle más emoción se pone en marcha el sistema SEPE, consistente en que cobran los que no han pedido nada y los que han pedido la ayuda no cobran. Lo más divertido es que los que cobran tienen que devolver el dinero no solicitado en un plazo muy corto de tiempo y no se les da ninguna oportunidad de preguntar en ningún sitio cómo hacerlo. Y si incumplen un plazo imposible de cumplir, se les aplica un recargo del 500%.

- Pelota Nivea. Hace ya unos cuantos años, cada verano sobrevolaba las playas un helicóptero que lanzaba pelotas de la casa Nivea. Hinchadas. Como las de los autonomos. La gente se mataba para conseguir una. Ahora se podría hacer igual lanzando billetes de cinco euros. Y que los autonomos se espabilen para recogerlos.

- Piscina de bolas. Los 20 millones de euros de las ayudas se dedican a construir varias piscinas de bolas muy grandes (las piscinas) y allí se esconden las ayudas. Pero en vez de bolas se llenan de mierda. Concretamente de vaca. Y quién quiera los 2 mil euros, a nadar.

- Galletita de la fortuna. A cada autónomo se le da uno de estos dulces. Dentro no hay ninguna ayuda, pero si frases paulocohelianas del tipo "Después de la lluvia sale el sol", "Si te caes siete veces, levántate ocho", "El fracaso mayor es no haberlo probado nunca" o "Las crisis son una oportunidad que hay que poner sobre la mesa". Esta modalidad plantea tres ventajas muy simpáticas para los autónomos: 1/ Ahorra a la administración darles ninguna ayuda, 2/ Los mensajes los animan mucho y 3/ Permite que coman. La galletita y el papel con el mensaje.

- Vagón de tren o de metro. Los autónomos se rigen por el mismo sistema que a partir de ahora se implantará en estos espacios. O sea, a callar.

- Su majestad. Los autónomos se hacen reyes eméritos y así se acaban sus problemas económicos para siempre. La ventaja es que si van a vivir al desierto, allí caben todos porque aquello es grande. La contrapartida negativa es que hace demasiado calor, una situación que empeoraría por la tensión de estar siempre pendiente de saber en qué paraíso fiscal tienes la cuenta de la cual quieres sacar el cash para ir superando el día a día.

- Y finalmente el sistema enfermedad. Sólo cobran los autónomos que se ponen enfermos y como eso no sucede nunca, tema resuelto.