¿Hacemos la prueba? Va pregúnteme, pregúnteme sobre el origen y la explicación de las medidas covid. Cualquier cosa. Tiene unos instantes para pensárselo... ¿Qué, ya? ¡Perfecto! Pues la respuesta, sea cuál sea la pregunta, es "ni idea". Y todavía le añadiré más: "no sé ni de qué me habla". Porque es que 1/ En mi cerebro ya no cabe más información sobre medidas, contramedidas, rectificaciones, resoluciones y las contrarias y 2/ hace tiempo que no entiendo el criterio. Y lo peor de este ir y venir sin sentido es que nosotros vamos perdidos pero es que "ellos", los que deciden, están perdiendo la credibilidad y cada vez más gente está convencida de que toman las decisiones por el sistema "¿Que no? ¡Aguántame la cubata!". Y cuando eso sucede, vamos mal. Porque está en juego la salud de la comunidad y si cada vez nos los tomamos más por el pito del sereno, cuando vuelva a venir el lobo, se afrontará con la misma seriedad que cuando pasa una comparsa de carnaval.

Eliminar el pasaporte covid es el último ejemplo. Hay países que si no lo tienes no puedes entrar ni en el transporte público. Y aquí radio makuto dice que no, que es que con la actual variante de virus este documento ha perdido el sentido que tenía hace un mes. Seguramente, pero en todo caso eso hace días que lo sabemos y si había que hacerlo, nuevamente, vamos tarde. Pero, muy bien, ahora hemos quedado en que lo sacamos porque ya no es útil. Perfecto. ¿Entonces, por qué mantenemos las mascarillas en la calle? No conozco ni a un solo virólogo -ojo, y ni un solo conseller de Salut- que defienda que la mascarilla sirva de nada en espacios exteriores -a no ser que estés en una pinya de un quatre de deu amb folre i manilles. Y le diré más, esta medida se decidió justo cuando empezó a aumentar Ómicron y el objetivo fue hacernos creer que el Gobierno tomaba alguna medida. ¿Alguien nos lo podría explicar, auque sea ahora?

Sí, porque dos años después seguimos sin saber el por qué de las cosas. Ahora hace dos años nos hicieron poner guantes y cuando en la verdulería los acabaron, llegamos a coger las mandarinas y los pepinos con las manos dentro de bolsas de plástico  y con estas mismas bolsas intentabámos abrir las bolsass para depositarlas. Desinfectamos los bricks y los móviles y más de uno se cargó la pantalla (la del móvil, no la del brick). Y todavía es hora que alguien nos explique quién lo decidió y por qué. No, nosotros no sabíamos que el virus no se transmite tocando superficies, o eso nos dijeron después, pero mucha gente sí que lo sabía.

¿Y el toque de queda? ¿Alguien me puede explicar el último toque de queda? ¿Por qué lo implantaron? ¿Y después, cuando lo eliminaron, por qué lo hicieron cuando lo hicieron? ¿En aquel momento, qué había cambiado? ¿Y las multas? Sabían que les tocaría quitarlas y siguieron poniéndolas. ¿Y los tests? ¿Por qué no regularon el precio hasta que ya prácticamente no había que hacérselos? ¿Qué pasa, les va la marcha de dar argumentos a unos terraplanistas que se agarran a lo que sea para intentar colar su mercancía averiada y venderla como fresca del día?

Y para no alargarme más porque de cosas que han sidonegras, blancas y ninguna de las dos cosas, tenemos una colección infinita, lo remato con una noticia de hoy. A partir de ahora en la franja de 18 a 29 años entre dosis y dosis de vacuna ya no deben pasar ocho meses sino cinco o tres, dependiendo de la vacuna recibida en la dosis anterior. ¿Por qué? ¿Qué ha pasado que justifique el cambio? ¿Hay algún estudio? ¿Es por el comportamiento del virus? ¿Hola, hay alguien al volante?

No, no es suficiente ir colándonos infinitos cambios de criterio medio a escondidas -y que siempre primero son convenientemente filtrados, con lo cual nunca sabes si la novedad es un rumor o si ya es cierta. No, no, se tienen que explicar. ¿O se trata de que no sea la mayoría quien ya no se los crea sino que van a buscar el 100%?