Ojalá existiera una máquina que hiciera correr el tiempo. Ahora mismo, hacia adelante. Para situarnos ya en el 15 de febrero, el día siguiente de las elecciones. Que el 14 suceda lo que tenga que suceder y acabemos con esta agonía. La de ver cada cinco o seis días como eso que le llaman Gobierno devalúa todavía más la institución a base de riñas que convierten Kill Bill en una actuación de "El Pot Petit". Y aquí, si me lo permite, hago un pequeño inciso.

Ya que tenemos un Gobierno sin presidente y que no actúa como un Gobierno, ¿qué tal si sustituimos la palabra que define la cosa con un símbolo? ¿Sabe como cuándo Prince decidió que ya no se llamaba Prince sino "El artista antes conocido como Prince" y dijo que cuando quisieran citarlo tenían que hacerlo con lo que verá justo aquí debajo y que él llamó "símbolo impronunciable?". Pues sería eso...

Prince

Por lo tanto, "Aquello conocido antes como Gobierno" tendría un símbolo y cada vez que nos refiriéramos a él, ¡patapam!, lo enseñaríamos. Y así la institución quedaría al margen. Inciso acabado y volvamos a las disputas habituales. El tema que toca esta semana es el de las filtraciones, con momentos memorables como irse de una reunión en protesta por la filtración a la prensa del documento de trabajo de eso que denominan la desescalada y anunciarlo... ¡FILTRÁNDOSELO A LA PRENSA!!! ¡SEN-SA-CI-O-NAL!

Como, lamentablemente, esta máquina no existe (la de hacer correr el tiempo hacia adelante, quiero decir) y me temo que no existirá en un breve espacio de tiempo debido a que Pzifer y Moderna ahora mismo están por otras cosas, nos tendremos que conformar superando con el máximo de dignidad estos tres meses que nos faltan. Eso sí, ya que las conselleries existentes en este momento van cada una a la suya, propongo crear una en la cual los dos partidos que forman eso antes conocido como Gobierno (y aquí iría el símbolo) estarían más unidos que nunca y donde trabajarían juntos sin desmayo y haciendo lo posible (y más) para alcanzar los objetivos.

¡Sí, lo ha adivinado! Naturalmente estoy hablando de la Conselleria de Filtraiciones, que viene de unir las palabras Filtrar y Traición y que trabajaría para institucionalizar esta simpática moda actual consistente en que todo el mundo lo filtra todo y acusa el otro de traición por haberlo filtrado todo y filtra que está en contra de las filtraciones. Ya que lo hacemos, hagámoslo bien. El funcionamiento sería muy sencillo. Una conselleria bicéfala con un responsable de cada partido al frente y su propio organigrama reuniéndose todo el día sin descanso y filtrando todo el que allí hablaran. Y los documentos. Tanto los de trabajo, como los correspondientes informes. La elección de los medios dónde se filtraría cada cosa se decidiría con un sorteo diario siguiendo el modelo "Niños de San Ildefonso", con bombo y bolas, en este caso a cargo de los "Niños de la Santa Filtración".

De lunes a viernes, en un bombo estarían las filtraciones del día y en el otro todos los medios que aspiran a tener la gran exclusiva. Pero el domingo tendríamos del Súper Pote, con una filtración de audio. Una semana podrían ser conversaciones grabadas en las reuniones, la siguiente conversaciones telefónicas de los unos criticando a los otros, más adelante miembros de los dos equipos criticando a los suyos, etc. Evidentemente no soy nadie para hacer el trabajo que corresponde a otras personas más preparadas, pero propongo que la marca de esta nueva conselleria fuera: "¡Siete millones de Filtraiciones! O más. ¡No te las acabarás nunca!".