Hace dos días que no paramos de ver un autobús que no lo paramos de ver porque la denuncia de quien no quiere que lo veamos hace que, justamente no paremos de verlo.

Vamos paso a paso, pero de entrada, una cosa importante: a quien no le gusten algunas de las cosas que leerá a continuación, le recomiendo que antes de criticarme, lea la pieza hasta el final, sobre todo el último punto:

1/ Estoy en contra del mensaje que se puede ver en el autobús de los Hazte Oír. Pero es un mensaje tan _________ (y aquí ponga el adjetivo descalificativo que considere conveniente) como muchos otros mensajes que veo y escucho cada día. Y algunos de los cuales los considero mucho más graves, ofensivos y discriminatorios que éste, empezando por otras campañas del mismo grupo integrista radical. ¿Por qué este tema sí y los otros no? Y ahora usted me dirá: "Todos. Fuera todos". Perfecto, pues todos. Entonces la pregunta es: ¿por qué otros temas más graves no han tenido esta campaña contraria?

2/ Hazte Oír es un grupo integrista radical y a mí no me gustan los integrismos y menos todavía religiosos, pero si esta gente se quiere dedicar a hacer campañas con su dinero, es su problema. Ahora bien, si usan o han usado un solo céntimo de dinero público, la cosa cambia.

3/ El 100% de las campañas e ideas de este grupo son absolutamente opuestas a las mías, pero mientras no vulneren la ley tienen derecho a expresarlas. Como usted y yo tenemos derecho a exponer las nuestras.

4/ La campaña de este grupo integrista pretende extender un mensaje y quien se opone pretende que no lo difundan y por este motivo pretenden inmovilizar el famoso bus. Muy bien, pregunto: ¿cuánta gente habría visto el bus si hubiera hecho su recorrido sin que hubiera existido la polémica? Va, seré generoso con la cifra... ¿50 mil personas? (y soy terriblemente generoso). Con la polémica, ¿cuánta gente ha visto ahora el famoso autobús que no para de salir en todos los informativos de TV y en todos los medios digitales y de papel y que, de otra manera no habría visto jamás? Si de lo que se trataba era de que el mensaje no llegara, creo que se ha conseguido el efecto contrario.

5/ Un colega me decía hoy: "¿tenemos que permitir que esta gente diga esta barbaridad sin hacer nada? Que paseen el bus sin ningún problema?". Parte de la respuesta está en los puntos 1, 2 y 3, pero añado: ¿el problema es el bus? ¿Y si esta campaña la hacen sólo por internet, sin sacar ningún bus, entonces no es ningún problema? Han hecho campañas peores, pero como en internet no sabemos quién se lo mira ni sabernos que existe, ¿entonces no es ningún problema? ¿Aunque en ese caso llegue a más gente?

6/ En el caso concreto que nos ocupa, es cierto que la campaña de Hazte Oír ha servido para hacer pedagogía en positivo de la realidad que ellos denuncian como una perversidad universal. Pero, ¿hay que llegar a este extremo para que los medios hagamos pedagogía de hechos que suceden en nuestra sociedad?

7/ ¿Algunos medios que se convierten en bandera de la "tolerancia" están hinchando el tema para poder hacerse los enrollados y, sobre todo, para poder aumentar su audiencia?

I 8/ I la opinión expresada en esta pieza es la de una persona que ha sufrido no una sino dos campañas de los Hazte Oír y que, por lo tanto, ha sentido la indefensión de ser objeto del sectarismo integrista.