"Por dos veces, el rey Juan Carlos fue forjador de la democracia. Eso merece un reconocimiento. ¿Lo anularemos por unas faldas?". La frase haría reír, si no fuera porque demuestra un intento de prostituir la verdad y de insultar la inteligencia de los posibles lectores. La ha excretado Alfonso Guerra este domingo en una entrevista en el diario El Mundo donde dice esto y otras cosas que parecerían ser una súplica ideológica para que lo dejen entrar en VOX. Y por la puerta grande.

Naturalmente, quién fue vicepresidente del Gobierno en la época de los GAL tiene todo el derecho a decir las cosas más extrañas y con los objetivos de desgaste más bajos posibles, sólo faltaría. Ahora bien, la pregunta sería: ¿aparte de a sí mismo, su opinión le interesa a alguien? Que Alfonso llegue a pensar que decir lo que dice Guerra en la entrevista provocará un descalabro tan importante que segará la hierba bajo los pies de Pedro Sánchez es como Josmar pensando que Paul McCartney y Ringo Starr lo llamarán para volver a poner en marcha los Beatles.

Y, por encima de todo, la honestidad intelectual. ¡Por favor! Guerra puede defender que el emérito forjó la democracia. ¡Y tanto! Y que la Tierra es plana, que el sol sale por el oeste y que Esquerra y Junts harán un gobierno lleno de paz y armonía. Ahora bien, afirmar que todos los problemas de su majestad son por unas faldas... ¡HOOOOMBRE! ¿Señor, qué dice? ¿Que si tengo o que si quiero bolsa? No, no, oiga, los problemas de Emérito Primero no vienen por unas faldas. Al Rey de España no lo obligaron a abdicar por haber vivido durante muchos años en La Zarzuela con Corinna Larsen mientras los cortesanos callaban. Ni tampoco tuvo que huir de su país por eso. Forjador Primero tiene un problema y este problema se llama 3%. O 5%. O 15%. O la tarifa que le aplicara a cada cliente.

Aquí nadie ha anulado nada por ninguna falda. Quien lo ha apartado, primero del cargo y después de España, ha sido un Estado que conocía que alguien tenía las pruebas de sus negocios privados y que, para defenderse, las haría públicas. Y que cuando eso sucediera, había que proteger el régimen. Y las dos regularizaciones con Hacienda tampoco tienen que ver con ninguna falda. Básicamente porque pagar lo que has defraudado no tiene ninguna relación con quien te encamas. Regularizas porque debes, no por por haberte acostado compulsivamente con señoras.

Y si después de pagar parte de los impuestos que debía todavía no ha vuelto a España tampoco es por una cuestión de faldas. Ni de pantalones. Ni de leggins. No, no, el problema es que quien diseña los movimientos de la Casa Real de los Borbones es un republicano que, además, es muy mala persona. Y todo lo que idea para salvar la institución es para hundirla. Empezando por aquella sopa de ciénaga que se zampaban el actual rey, su simpática mujer y sus encantadoras hijas en un comedor sacado de la zona outlet de muebles "La vetusta casposa" y acabando por la reina Letizia haciéndole un marcaje a la mujer a la reina Sofía para que no se fotografiara con sus nietas.

¿Y, sabe lo más preocupante de todo? Que Guerra crea que diciendo eso ayuda a la institución.