España ha conseguido una cosa que a veces no es sencilla. Sobre todo en diplomacia. Consiste en poner de acuerdo tres países como Rusia, Israel y Alemania. Tac, tac y tac, carambola de fantasía. Y con un solo golpe. Ahora bien, ¡qué golpe! Ni el mítico maestro Parera, que tantas tardes de Sant Esteve nos hizo exclamar un "oooh" de sorpresa con su "Nadal a tres bandas".

Para Europa, todo lo que sucede a España es un problema interno. Desde los catalanes a los raperos. Y hacen ver que no ven nada de lo que sucede con la justicia política, el uso político de las instituciones del Estado, la corrupción institucional, la policía patriótica también corrupta, la aplicación sesgada de la ley, la ultraderecha campando libremente y la exaltación del nazismo. Porque en España, sí, usted puede hacer proclamas nazis. Tranquilamente. Y no sólo nadie se lo impedirá sino que al día siguiente será entrevistada en varios medios de comunicación y tratada como nueva influencer ideológica y musa patriótica.

Durante muchos años, en el barrio de Gracia de BCN existió la Librería Europa. La regentaba Pedro Varela, un viejo conocido de la justicia. En 1998 había sido condenado a cinco años de prisión por apología del Holocausto y en el 2010 entró en la prisión para cumplir una condena por el delito de "difusión de ideas genocidas". Pero la librería estuvo abierta hasta julio del 2016. Varela siempre decía que él sólo era un librero que organizaba charlas y conferencias. De hecho, llegó a tener estand en la Feria del Libro del Paseo de Gracia de la capital catalana. Y no sólo en una edición. Y todo el mundo lo encontraba tan normal. Y no fue hasta que alguien se exclamó que dejó de ser normal y se le negó la participación. Básicamente porque lo que vendía eran títulos donde se exaltaba el nazismo y el antisemitismo y se negaba el Holocausto. Y eso en el centro de una ciudad europea, no queda muy bien.

Pero, claro, cuando en tu casa entra un elefante reventando la puerta, te derriba varias paredes, te destroza los muebles y tus objetos personales más preciados, por muy buena voluntad que pongas y por mucho que disimules, no puedes negar dos cosas: que un elefante ha entrado en tu casa y que ya no tienes casa. Y eso es lo que le ha pasado en Europa con el famoso acto del sábado de la División Azul, que ya no puede disimular más y, por narices, tiene que reconocer que hay un elefante. Y lo han visto en la embajada rusa en Madrid:

Rúsia

Ah, por cierto, que los rusos ya venían contentos con el papelito de Borrell riñéndolos por Navalni y comiéndose la respuesta a base de presos políticos catalanes. Y lo ha visto la embajadora de Israel:

Israel

I Wolfgang Dold, embajador alemán, que aprovechó para opinar sobre la cuestión comentando un hilo del Centro Sefarad:

Alemania

Pero cuando todavía estaban recogiendo los trocitos del estropicio, va Pedro Sánchez y compara Vox con Junts per Catalunya. ¡Tac, tac, tac y tacatá! Y no puede decir que no lo hemos entendido bien, porque Esquerra ha emitido un comunicado censurando el comentario y la portavoz, Marta Vilalta, le ha pedido al Presidente una rectificación. Nuevamente, la banalización de la ultraderecha buscando un efecto político, que, vaya por donde, no sea forzar el pacto indepe. Porque es que desconozco qué otro efecto puede tener decir esta barbaridad. A no ser que esperen las reacciones de algunas embajadas más...