Sí que es eso de Lleida, sí, pero también es eso otro de l'Hospitalet del Llobregat. Y el resto de brotes que van apareciendo. En lugares muy diversos geográficamente. Pero resultaba que según los que entienden, ahora era la época del año en que teníamos que ir mejor. Se trataba de coger aire y empezar a preparar lo que nos vendrá en octubre-noviembre, que aquello sí que tenía que ser complicado de verdad, según las previsiones. Y ha resultado que cuatro meses antes de lo previsto ya transitamos por la cornisa. ¡Fabuloso!

Si ahora que teníamos que estar relajados como si viniéramos de hacernos una transfusión de tila, valeriana, trankimazin, valium y orfidal, ya estamos cerrando zonas, ¿qué haremos en otoño? ¿Qué panorama nos viene encima? ¿Qué nos espera? ¿Si ahora solo nos podemos sacar la mascarilla para dormir, el dia de Difuntos cómo tendremos que ir, con neopreno?

Vamos observando a nuestro alrededor y vemos que sí, que la gente en las terrazas está a tocar y que comparte el plato de patatas bravas, pero es que esta gente estuvo tres meses encerrada en casa porque se lo dijeron. Y lo hizo. Y muchos perdieron el negocio, o el trabajo, o todavía no han cobrado el ERTE. Y si ahora esta gente sale y come bravas en las terrazas es porque le han dicho que puede hacerlo. Y si la gente va a la playa es porque le han dicho que puede ir. La gente, en general, no está haciendo nada ilegal. Y no, yo no se de nada de nada, pero me temo que el brote de Lleida no es culpa de la gente que come bravas en las terrazas. Ni de la que va a la playa. Ni idea de quién es culpa y de hecho me da igual en general, pero no en particular porque si lo sabemos quizás conseguiremos evitar que vuelva a suceder. Cosa que incluso sería bonita.

Y si no lo digo reviento. Con esto del brote de Lleida aquí se han ofendido los temporeros, estamentos de apoyo a los temporeros, los empresarios de la fruta y muchos leridanos. Aquí se ha ofendido todo Dios. Ahora bien, ¿puede ser que las cosas no se hayan hecho del todo bien? Sí, sí, ha habido muy mala suerte y bla, bla, bla, ¿pero existe la remotísima posibilidad de que eso haya sucedido por algún motivo diferente a que a veces la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida? ¿Es posible que los unos se hayan distraído y los otros hayan mirado hacia otro lado cuando el virus ha llamado a la puerta de su casa? ¿Y puede ser que decir eso no solo no sea criminalizar a nadie sino fiscalizar para no tener que relamentar nada?

Y aparte está la manera como nos explican las decisiones tomadas para afrontar lo que está pasando. No, no se lo he preguntado a todos los leridanos (y leridanas), pero me temo que este lunes por la mañana habrá centenares de personas que no sabrán si pueden salir de casa para ir a trabajar, o para hacer deporte, o para ir a comprar comida, o ropa, o una nevera. Me temo que los "confinados domiciliarios" (que este es ahora el nombre de la cosa), no tienen claro si están en fase 0,5, 1, 1,5, 2, en la Tercera Fase o en la Fase Alfa.

¿Alguien puede entender que no entendemos nada y que empezamos a ver que si ahora que es cuando todo tenía que ir bien las cosas están así, es normal sospechar que en noviembre eso será Gomorra, que al contrario de Sodoma no sabemos exactamente lo que allí sucedió, pero pasó una cosa muy gorda? ¿Sí, verdad? Y no es difícil imaginar que estamos acojonados, ¿verdad? Pues a ver si alguien toma nota.