Hasta ahora la discusión sobre el archivo de Salamanca era argumental. Una postura contra la otra. Y por cierto los expertos de verdad, no los comisarios políticos a sueldo político, avalaban la versión que defendía la Generalitat.

Ahora tenemos las pruebas de que aquello es un archivo, sí, pero entendiendo la palabra "archivo" como quién tiene desde hace 80 años un baúl en la buhardilla de la granja de cochinos, cubierto de cagadas de paloma y no lo ha abierto nunca.

En Salamanca, en un rincón olvidado, desde el año 1936, había un botín de guerra que fue robado a instituciones y particulares y al que nunca hicieron caso... hasta que alguien se lo reclamó. Entonces reaccionaron con el famoso "el archivo no se toca". Y, efectivamente no se ha tocado. Pero por los seres humanos, desde hace 80 años. A diferencia de los insectos y los roedores.

La novedad es que el investigador Policarpo Sánchez estaba buscando documentación sobre el cine durante la guerra civil y en una montaña de cajas sin catalogar ha encontrado, entre muchos otros documentos, un carnet de la CNT del actor Paco Martínez Soria, un carnet de reportero de guerra de Antoine Saint-Exupéry y documentos del FBI firmados por Edgar J. Hoover solicitando al Gobierno de la 2ª República información secreta sobre las actividades de ciudadanos de los EE.UU. residentes en España.

Ahora, según leo en El País, los responsables del auto-llamado "archivo" están estudiando si estos documentos "estaban o no clasificados y disponibles o no para el público en la red del organismo". Vaya, que ya tenemos la prueba fehaciente de que, efectivamente, aún hoy no tienen ni la más remota idea del contenido de muchas de las cajas, pero además no saben ni si saben o no lo que tienen. Claro, en 80 años no hay suficiente tiempo como para abrir las cajas a ver que hay dentro. Y mire que no han parado de inventariar y microfilmar. En todo este tiempo no han parado ni un solo de los 387 días que tiene el año (o más).

Por lo tanto, cómo diría el mítico Joan Gaspart, tema "sanjat". Basta ya de hablar del Archivo de Salamanca, a no ser que sea como cosa siniestra para hacer que los niños se acaben la sopa. No gastemos ni una molécula más de saliva en este tema muerto y enterrado. Basta ya de esta estafa intelectual. Se ha acabado. No hay nada más que discutir. Y mire que me sabe mal por los que lo usaban políticamente porque ahora tendrán que volver a usar otros argumentos apasionantes. Propongo aquel del... "y si sois independientes, ¿contra quien jugará al Barça, contra el Llagostera?". Me encanta.