En un principio sólo había partidos políticos. Entonces surgió la ANC y asumió eso de "serás la voz de un pueblo". Y se convirtió en la voz de un pueblo. De norte a sur, de oeste a este, de un partido a otro y, sobre todo, de ningún partido. Serás la voz de un pueblo. Y no te etiquetarán. Y exigirás urnas. Y exigirás unidad. Y llenarás las calles. Y te esmerarás para ser la voz del pueblo entre todas las voces. Y te dirán que estás al servicio de unos, o que estás al servicio de otros, pero tú seguirás y te has seguido siempre esmerando para ser la voz de un pueblo.

Naciste así. Naciste para eso. Para ser la voz de un pueblo. Y bajo tu paraguas nos cobijamos gente de izquierdas, gente de derechas, gente de un partido, gente de otro partido, gente de ningún partido, gente que siempre había militado en el independentismo y gente que llegaba por primera vez. Gente que sólo queríamos ser pueblo.

Naciste así. Y así llenaste como nunca las calles de todo el país pidiendo poder votar, pidiendo la independencia. Nos dijiste: somos un pueblo, y fuimos un pueblo, y nos dimos la mano, y no nos importaba a quién teníamos al lado, y nos hiciste ser y sentir pueblo como nunca.

Yo estuve desde el principio. Haciendo lo que hiciera falta. Haciendo de todo. Y un día mis compañeros me pidieron que me presentara para el secretariado nacional. Y lo hice. Y quizás me equivoqué, porque quizás no entendí que, al ser escogido, ya no tenía opiniones propias, sino que formaba parte de la opinión de todos. Y por eso terminé. Porque aquello que hace posible que la ANC sea la voz de un pueblo no es la voz de cada uno de nosotros, sino ser la voz de todos. Y por eso terminé. Porque si mi voz interfería o distorsionaba la voz de todos, me tenía que apartar. Y así lo hice.

Seguí siendo pueblo. Seguí siendo ANC. Seguí trabajando con mis compañeros y compañeras, en todo lo que hiciera falta.

Nos encontramos con una dirección de la ANC convertida en una especie de fiscalía independentista que se dedica a juzgar y criminalizar a los demás

Estos días asisto con estupefacción creciente a unos posicionamientos de la ANC en los cuales no me reconozco. No puedo entender cómo la ANC, su dirección, sepulta en barro y estiércol lo que hasta ahora había sido el gran valor de la ANC, ser la voz de un pueblo, para actuar sólo, y como mucho, como una pequeña parte de este pueblo contra el resto del pueblo.

No entendí, no entiendo y no podré entender nunca la engatusada colectiva que promovió la dirección de la ANC o de la que fue víctima, dando apoyo a unas primarias diciendo que tenían que permitir la unidad entre todas las formaciones independentistas, cuando lo único que se estaba promoviendo era la creación de un cuarto espacio político independentista, confrontado, opuesto radicalmente, a los otros tres existentes.

¿Engañó la dirección de la ANC a sus socios diciendo que aquel proceso de las primarias era para fomentar la unidad, cuando sólo era para incrementar la división o alguien engañó a la ANC para que, a su vez, engañara a sus socios?

No lo sé. Y no quiero pensar mal. Pero está a la vista que todo este proceso en el cual la ANC dio apoyo sólo ha servido para atomizar todavía más el espacio independentista, la ANC, su dirección, tendría que decirnos a todos los socios si nos engañó o si fue víctima de un engaño.

La actual dirección de la ANC, en lugar de actuar como una fiscalía corrupta más del estado hispánico, lo que tendría que hacer es someter a la consideración de todos los socios si la ANC tiene que dejar de ser lo que ha sido hasta ahora, la voz de un pueblo. Creo que la mayoría de los socios de la ANC no está de acuerdo en dejar de ser la voz de un pueblo. Creo que no compartimos esta estrategia de promover nuevos espacios políticos independentistas confrontados a los ya existentes (ERC, Junts per Catalunya, CUP). Creo que dinamitar todo el patrimonio político y moral de la transversalidad sobre la que la ANC, desde su principio, ha fundamentado su actuación cívica y política, no puede ser admitido como un efecto colateral de campañas publicitarias al servicio de personalismos.

Mi ANC era la que fomentaba, promovía, impulsaba, no la que se limita a amenazar a otros independentistas sobre lo que hacen o dejan de hacer

Hasta ahora la dirección de la ANC, tanto con Carme Forcadell como con Jordi Sànchez, habían trabajado siempre para ser esta voz de un pueblo, habían trabajado siempre para sumar, para ayudar, para dinamizar, para impulsar.

Por primera vez nos encontramos con una dirección de la ANC, con Elisenda Paluzie, convertida en una especie de fiscalía independentista que, en lugar de trabajar para hacer avanzar la independencia, se dedica a juzgar y criminalizar a los demás. Jordi Sànchez y Jordi Cuixart están en la prisión por haber liderado la sociedad civil catalana hacia la independencia. La actual dirección de la ANC parece que no quiere correr ningún riesgo y por eso limita su actuación política a esta fiscalización permanente de lo que hacen los otros. Exigir a los otros para no tener que exigirnos a nosotros mismos.

No tenía las más mínimas ganas de escribir un artículo como este. Pero no podía evitarlo. No puedo asistir como si nada a que la actual dirección de la ANC dinamite su mayor patrimonio, la transversalidad. Si la ANC quiere impulsar un nuevo cuarto espacio político, eso se tiene que someter a la consideración de todos los socios.

Mi ANC era la que asumía ser la voz de un pueblo, no la que lo único que asume es ser la voz de una autoproclamada nueva inquisición, para juzgar a otros independentistas. Mi ANC era la que fomentaba, promovía, impulsaba, no la que se limita a amenazar a otros independentistas sobre lo que hacen o dejan de hacer. Mi ANC era la que estábamos todos, y no esta que parece ir en contra de todos. Mi ANC era y quiero que siga siendo la de la mano extendida de la Vía Catalana, y no la que se dedica a extender sospechas y dudas sobre todo el mundo. Mi ANC es la que construye, y no la que dinamita, la que suma y no la que expulsa, la que tiene vocación de servicio, y no esta que espera que los otros le hagan el trabajo.