A.- ¡Diecinueve diputados, bandido! ¡Estaréis contentos! Pero vamos, supongo que ya sabes que la encuesta está más cocinada que un capipota, para ponerlo en términos “de la tierra”. Ya te debes imaginar que La Vangu os infla solo para animar a los sociovergentes a ponerse las pilas y salvar a las élites.

B.- ¡Ahora empezaremos a salvar Catalunya! A mí me la sudan, los del sistema y su puta madre.

A.- ¡Y los cojones del padre santo! Espero que tengáis un plan alternativo para cuando todo esto se desinfle y Sílvia no pueda hacer ni la mitad de cosas que ha prometido. Vamos, la mitad no: ¡todas!

B.- Ah, ¿ahora te pondrás a auditar a los políticos por sus promesas? Eso lo podríais haber hecho en 2017 con el Puigdi y el mosén...

A.- A mí no me mires, que yo lo escribí todo y aún tengo el DNI lleno de hostias (y español, cagondiós).

B.- Eso sí que lo tienes. Pero todo esto no se trata de un programa electoral concreto, que también, sino de llevar de vuelta el país a su centro natural y hacer que la política curre por nosotros. Eso también lo has escrito, tete, que eres un experto en navegar entre dos aguas...

A.- Que te jodan. Todo es compatible; se puede decir que los líderes del procesismo son unos cadáveres políticos y que Sílvia ha conseguido conectar mucho más con la gente... y también hacer entender a la peña que ni ella ni Ermessenda reencarnada podrán expulsar ni a un solo moro del país.

B.- ¡Cómo que no! Mira todo lo que está haciendo en Ripoll.

A.- Cariño, cerrar un paki y no poner a ninguna tía con velo islámico en el cartel de la fiesta mayor no tiene nada que ver con ejercer competencias de inmigración. Para eso hay que tener el control de fronteras, y no veo yo a Sánchez poniendo a los Mossos en la Jonquera para que un futuro presi de la Gene los pueda mandar a Francia...

B.- Todo lo que quieras, pero sabes tan bien como yo que, desde la amnistía, todo el procesismo está currando para España y tan ricamente. Hace falta alguien que rompa esta dinámica. Como, en el fondo, eres un poco socialista, seguro que te mola meterte con Sílvia con eso de los moros y por su dicción de condesa imperial...

A.- Sí, a veces habla como si tuviera un supositorio en el ano...

B.- Tú sigue haciendo ja ja ji ji, chato. Mientras tú te pones de intelectualito con tu antinacionalismo y todo ese boadelliear que te sale contra la gente de pueblo, alguien tiene que llevar de vuelta el procés a la dialéctica del patriotismo. ¿Qué te crees, que la independencia se hace desde la biblioteca del Ateneu? ¡Putos orsianos, no hay quien os aguante! Mira todos tus amigos, cómo han acabado; se pasaron de listos haciéndose los feministas y los regeneradores de la política... y ahora todos están comiendo mierda como si estuvieran tarados.

A.- Los orsianos somos los pilares culturales de la nación.

B.- Venga, ¡chúpamela de canto!

A.- ¡A tomar por culo, rey! Mira, a mí me parece de puta madre que se rompa el tablero del Parlament y que Sílvia lo reviente todo. Simplemente, tengo que dejar constancia de que toda vuestra teoría del reemplazo cultural y esa xenofobia que tenéis contra los moros es una polla en vinagre como una catedral.

B.- Si quieres un día te llevo a las afueras de Girona o de Rubí... y les das una clase de Pla y Fuster a las tías que verás tapadas por la calle como si fueran ganado. ¡Ve, niño del Eixample, y ya me cuentas si sales vivo de esos barrios!

A.- Ya estamos. Niño, que tú también te dedicas a la letra. ¿Tú crees que el retroceso del catalán o que la gente no lea Aigua de mar es culpa de los pobres moros que acaban de aterrizar de Marruecos? Y el problema de la delincuencia ya sabes que no lo compra ni el Tato. Ahora no te voy a recitar las estadísticas sobre los crímenes en el país, ¡ni que la mayoría de estos los cometan gente más blanquita que tú y que yo! Ya estoy hasta la polla de esos vídeos que hacéis de cómo un moro le roba el bolso a una abuela en Marsella. Tío, que hay dos mil putos millones de musulmanes en el mundo. Un poco de rigor tampoco hace daño.

B.- Ah, claro, ahora me la vas a colar con las encuestas y tu puto cosmopolitismo. Déjalo ya, rey. Hay unos valores que se asocian al país y, te guste o no, están en peligro. Tú tienes tus recursos, tus libros y la lengua bien aprendida; pero cuando estos tíos sean mayoría en muchos barrios —con tu liberalismo de mierda— el catalán lo enseñará su tía. Si son mayoría, métetelo en la cabeza, ¡estamos muertos! Tío, que Occidente se puede ir a la mierda y, en un entorno de decadencia, Catalunya no tiene estructuras suficientes para flotar.

A.- ¡Cómeme la polla, con las estructuras! Llevamos fucking trescientos años aguantando el colonialismo de los españoles y aún estamos la mar de vivos. Mira qué estupendos estamos, tú y yo. Por cierto, de los españoles cada día habláis menos...

B.- Tu tía en patinete, hablamos cada día de ello. Pero ahora que el independentismo está tocado —te guste o no— el país tiene que blindarse en el ámbito cultural. Tú tienes raíces suficientes para parapetarte en unos referentes, pero tienes que pensar que las generaciones futuras pueden no tener ni puta idea de lo que es la catalanidad. Ya sé que eres pixapí y que los expats te tocan mucho más los cojones que los moros. Pero aquí estamos hablando de un choque de civilizaciones que llegará, te guste o no.

A.- Yo solo sé lo que veo y lo que me pasa, niño. Y yo no tengo ningún problema con la gente que viene de fuera. Además, os recuerdo que —entre los fucking valores de Occidente— está la tolerancia religiosa. Llámame estricto...

B.- Serás capullo, ¡que no estamos en el puto siglo XVIII! Va, corre, ¡¡¡vete a enseñar Kant y Locke a una escuela pública de Banyoles o de Manlleu!!! ¿Y tú te consideras lector de Hobbes, paleto? Sabes perfectamente que los valores culturales se imponen, y lo demás son mariconadas. La pregunta no es si te molan los moros o los panchitos, sino qué fuerza tendrás para llevarlos a tu margen.

A.- No te digo que no, pero la capacidad que tenemos de imponer la cultura es limitada. Tío, los chavales ya no aprenden en la escuela, están conectados todo el día al móvil de los cojones y lo chupan todo de Musk, de Zuckerberg y de la puta madre que los parió. ¿Tú crees que una alcaldesa de un pueblo o incluso un presidente de la Gene puede luchar contra este cambio en la transmisión del saber?

B.- Muy bien, sabiondo, has descubierto la globalización. Pero deja el sabelotodo que llevas dentro y dime, ¿cómo cojones salvamos...?

A.- Pesados con el puto salvamos...

¿Cómo mantienes la lengua, la cultura, el puto temple del país... si los políticos pactarán con el PSOE para salvar el culo y tus amigos escritores curran todos en el puto EL PAÍS?

B.- Joder, ya basta. Pues si no te mola el salvamos, dispara: ¿cómo cimentamos la nación mientras nos machacan desde dentro y desde fuera? ¿Cómo mantienes la lengua, la cultura, el puto temple del país... si los políticos pactarán con el PSOE para salvar el culo y tus amigos escritores curran todos en el puto EL PAÍS?

A.- Pues resistiendo, como puto siempre.

B.- Esto es procesismo de manual, tete. ¿Lo ves? Mientras tú te haces el resistente con tus pódcasts y tus mamonadas... alguien tiene que hacer el trabajo. ¿Los tractores del 1-O cómo cojones te crees que hicieron largarse a la pasma? ¿Con libros de Kierkegaard? ¡Estamos hablando de la gente, tío! Tú no puedes tener guerreros si no tienes un motivo para liberarte, y eso, te guste o no, te viene de la relación cultural que tienes con los padres, te viene de la historia. Los procesistas la han cagado por eso, precisamente. No porque nos hayan traicionado, que también, sino porque no han entendido que les pasará lo mismo que a todos los que pactaron con España desatendiendo los intereses del pueblo.

A.- ...

B.- Ah, amigo. Ahora ya te callas, ¿eh? La fortuna de Sílvia —y por mucho que te pese también es la tuya— es que no está contaminada por el procés y tiene una idea bastante clara del país como para romperse la cara. ¿Tú tienes una idea diferente de las cosas? Pues de puta madre, pero al final tendrás que ponerte a su lado si no quieres convertirte en un socialista como cuando eras joven.

A.- Ya no soy joven. La fortuna de Sílvia, ¡qué gran obra de Sagarra!

B.- Pero eres igual de cínico. Qué puta manía con el puto Sagarra.

A.- Mantengo el atractivo sexual, sin embargo. Claro, tú eres más de lo modernista rural, campesino...

B.- Tú búrlate, que te van a fichar de director del CCCB para que vayas esparciendo tu novecentismo de cócteles y señoras del Upper...

A.- ¿Te imaginas? Mi primera nómina... casi a los cincuenta años. Podríamos ir a comer al Estevet cada día. Y casi que podría volver a mamar.

B.- Y también podrías esparcir la picha entre las pijas sociatas de Bar-sa-lo-naaa.

A.- Eso ya lo he hecho, con un éxito rotundo, mal me esté decirlo. Y ahora soy un hombre asexual y aburrido.

B.- Tómatelo en serio, tete. Que el mundo está cambiando y, si no nos adaptamos, acabaremos más tiesos que la mojama.

A.- Va, dejemos la política, coño. Que hace siglos que no te veo. ¿Qué, cuándo me harás padrino de un niño?

B.- ¿Ahora, a nuestra edad? ¿Estás loco?

A.- Pero ¿no se tenía que repoblar Catalunya con pequeñajos de sangre catalana y trescientos apellidos de la tribu?

B.- No te aguanto.

A.- Yo tampoco.

B.- Va, pidamos.

A.- Para el señor, esqueixada y butifarra con alubias.

B.- Vete a cagar.

A.- Y un porroncito de vino rancio...

B.- Puto pesado. Y para la señorita, un Vichy.