Según el exoficial de inteligencia de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, David Grusch, el Gobierno de los Estados Unidos tiene trozos de naves no identificadas con restos biológicos no humanos dentro. No sé por qué la gente se sorprende tanto; en España, llevamos muchos años conviviendo con los extraterrestres. Si no, ¿cómo os explicáis que Jordi Hurtado tenga siempre la misma edad; que Rajoy viera «unos pequeños hilitos con aspecto de plastilina en estiramiento vertical», o que Aznar empezara a hablar con acento tejano («Estamos trabajando en ello...») durante la conferencia de prensa que daba junto al expresidente George Bush sobre la crisis de Irak y las armas de destrucción masiva? Volviendo a Jordi Hurtado, ¿alguien le ha visto de pequeño? No, ¿verdad? ¿Sabéis por qué? Pues porque este señor nació en un planeta que se encuentra a un millón de años luz del nuestro y que se caracteriza por tener unos habitantes que no envejecen nunca. Llegó a la Tierra cuando tenía veintiocho años a través de teletransportación por entrelazamiento cuántico, con la misión de investigar cuál era el grado de inteligencia de los seres humanos; por eso presentó el programa Saber y ganar. Y aquí se ha quedado. Parece que los humanos le cayeron bien o que no ha encontrado a ninguno suficientemente inteligente para llevárselo a su planeta para que lo analicen.

No sé si lo recordaréis, pero el expresidente de España, José Luis Rodríguez Zapatero, tenía unas cejas muy particulares (supongo que siguen igual), tenían una forma triangular muy curiosa y magnética, no podías parar de mirarlas. Pues son las típicas cejas extraterrestres. Otro caso es Mariano Rajoy, seguro que habéis visto alguno de los muchos momentos en los que dejaba de hablar con coherencia y pronunciaba frases inconexas y sin sentido; pues, lo que realmente ocurría es que estaba hablando en un dialecto extraterrestre del noreste de la galaxia de Andrómeda para pasar información a sus compatriotas que le observaban. Supongo que también recordaréis que el rey emérito solía caerse bastante a menudo, sin motivo aparente; pues, lo que realmente ocurría, en este caso, es que algún extraterrestre con el poder de la invisibilidad se aburría y, para distraerse un poco y dejar de lado sus obligaciones de exterminar la humanidad, le ponía la zancadilla. Les gusta hacer este tipo de bromas, son muy típicas de ellos. No las confundáis con las bromas de subir los precios de todos los productos y dejar los sueldos como hace veinte años; esta broma es completamente humana.

Hay algunos castellanohablantes que, cuando oyen que alguien habla en catalán, gallego o vasco, se asustan porque creen que son extraterrestres

También hay algunos castellanohablantes que, cuando oyen que alguien habla en catalán, gallego o vasco, se asustan porque creen que son extraterrestres. Es una reacción muy normal, las cosas desconocidas siempre dan miedo. Pero, en este caso, simplemente son humanos que hablan lenguas distintas al castellano; no hace falta preocuparse. No es fácil diferenciar lo extraterrestre de lo que no lo es, a mí me ha costado años aprender a hacerlo. Normalmente, lo sabes porque son situaciones o actitudes que no siguen una lógica humana; aunque a veces dudas porque hay actitudes humanas que no tienen ningún sentido.

Pero, dejando de lado lo que es o no es extraterrestre, supongo que estaréis de acuerdo conmigo en que se les debería dar una bienvenida al estilo Bienvenido, Mister Marshall. No me gustaría que pensaran que somos unos maleducados. Luego no nos quejemos si nos invaden de mala manera y nos obligan a hablar en extraterrestre y adoptar sus tradiciones. Que, por cierto, tengo entendido que son lenguas aglutinantes muy complejas, y, si a alguien ya le da pereza aprender el catalán, imaginaos una lengua extraterrestre. Pensad que se nos abren muchas puertas: hacernos selfies en otras galaxias; hacer stories de Instagram con platos exóticos que nadie ha probado nunca; teletransportarnos y estar en un sitio diferente cada cinco minutos... Tenemos que ser optimistas, cuando se cierra una puerta, se abre una ventana, o, en este caso, un universo.