Nadie sabe cómo acabará el artefacto este del procés (parafraseando Ernest Maragall, que etiquetó al tripartito de esta manera). Lo que sí que ya sabemos ahora es que la nueva España tiene una oportunidad para aprovechar el agujero que el procés ha hecho en la muralla de la España podrida y destruir el Antiguo Régimen.

Para combatir a los indepes, el Antiguo Régimen ha usado las cloacas del Estado de la manera más chapucera posible y la cosa ha acabado con una guerra entre comisarios de policía lanzándose información sensible. Desconocemos cómo acabará la cosa, pero la imagen es irrecuperable. Queda para la historia un ministro del Interior conspirando con un juez anticorrupción a ver si pueden inventarle hijas secretas a Artur Mas, fabricando supuestas cuentas de Xavier Trias en Suiza y buscando inexistentes escándalos económicos del hermano de Oriol Junqueras.

Para combatir los indepes, el Antiguo Régimen ha politizado la justicia hasta niveles en que la imagen de los órganos judiciales de gobierno la venden en el Rastro a peso.

Para combatir los indepes, el Antiguo Régimen socializó la corrupción existente en Catalunya, de manera tal que convirtieron a todo el país es un inmenso estercolero corrupto que todo el mundo conocía y que la enfangada sociedad catalana ha tolerado, animado y aplaudido.

Y ahora les vuelve el boomerang y cuando el partido que gobierna España se nos aparece como uno de los más corruptos de Europa, con una producción de casos por metro cuadrado que nadie ha conseguido igualar, resulta que la Catalunya del 3% es una broma al lado del Madrit (concepto) del II%, donde el II es el ordinal del Canal de Isabel. Y multiplicado por infinito. España roba a los españoles. Y mucho. En el ya famoso Canal, pero también en inversiones en infraestructuras condenadas a la bancarrota y por una economía basada en la especulación, la recalificación, el amiguismo y la comisión permanente haciendo el eructito en el palco del Bernabéu.

La llamada "España de la Transición" hace aguas. La crisis de Estado es política, económica, policial y judicial. Con un PP absolutamente podrido. Con un PSOE donde el aparato recurre a los tópicos más casposos para intentar que Susana Díaz siga controlando la barraca, por si las moscas. Con un Ciudadanos que era la regeneración y que hace de muletas de un PP ya adjetivado anteriormente. Y con un Podemos a quien el posturismo de según qué momentos no le ha favorecido nada y que ahora mismo ya no sabemos si sube o baja.

Y es en este escenario donde la España del Nuevo Régimen tiene la oportunidad de cambiar la situación, de apartar esta caspa posfranquista que canta el "Cara al Sol" sin que pase nada y de hacer una revolución social, política y moral.

Están en el 98. Están allí mismo. Aquella crisis la resolvieron fatal y la situación empeoró tanto que todavía ahora la pagan. A ver si esta vez aprovechan la oportunidad y salen adelante. Porque si no, España seguirá robando a los españoles. Y no hablo sólo de euros y de canales de una tal Isabel.