Supogamos que usted es el alcalde (o la alcaldesa) de Florolos de Dalt por CUPs pel Sí y que en su pueblo hay un problema con las becas comedor. Y, justamente, este es el tema que comentan cada día todos los padres (y todas las madres) cuando llevan a sus hijos (y sus hijas) a la escuela. Y es el tema de conversación en la verdulería, en la carnicería, en el bar donde va a desayunar y en el bar donde va a hacer el cortado de la tarde. Y es el gran tema en el pan con tomate posterior al partido de fútbol sala de los jueves con los antiguos compañeros de la escuela.

Y resulta que una de las madres con quien habla cada mañana en la puerta de clase, y que resulta ser la señora del bar del cortado y la mujer de uno de los que juega con usted a fútbol, y que además tiene unos chiquillos que son muy amigos de los suyos, es la cabeza de lista del grupo de Habitantes. Usted y esta señora, a quien llamaremos Inés, pertenecen a dos partidos ideológicamente opuestos, pero Inés y usted tienen el mismo problema. Y este problema es el mismo problema que tienen el resto de padres y madres y de niños y niñas de Florolos de Dalt, municipio del cual usted es alcalde (o alcaldesa).

¿Si usted tiene la oportunidad de solucionar la situación gracias a un pacto con Inés, qué, pactará o no? Qué es más importante para usted, ¿las becas comedor de los niños de su pueblo o el partidismo político de un Parlamento que está a unos cuantos kilómetros de su problema? ¿No hay color, verdad?

Bien, pues a veces, cuando desde BCN o Madrit (concepto) se dice según qué sobre según qué pactos o sobre según qué maneras de solucionar cuestiones internas y de territorio (pienso con el referéndum de Tortosa sobre el monumento franquista), sería bueno tener en cuenta que la política municipal es otro mundo. Concretamente el mundo real. Y que en el mundo real, las cosas se solucionan aplicando la realidad.

Los alcaldes y concejales, lo primero que hacen cada día cuando se levantan es tropezarse con la cruda realidad. Nadie como esta gente para saber lo que pasa realmente en el país. Y si un alcalde de CUPs pel Sí pacta con la gente de Habitantes (o viceversa), a no ser que sea alguno de estos casos extraños (que también hay), normalmente es en beneficio del pueblo.

Como recordaba este miércoles un veterano responsable de prensa en los pasillos del Parlament, Celestino Corbacho (muchos años alcalde de l'Hospitalet y después presidente de la Diputación y ministro) siempre decía: la gente me para por la calle para que yo le solucione sus problemas. Y cuando me los explican, yo no les puedo decir “oh, es que eso no es cosa mía”. Porque si lo digo, la gente me contesta “entonces, ¿por qué está donde está?"

Y si usted es alcalde o concejal (o alcaldesa o concejala), me temo que sabe de lo que le hablo.