El Estado español nunca acabará con el sistema autonómico porque es su gran negocio. Piense que todas las competencias traspasadas son dinero que se ahorra de pagar. Pero es que, además, el sistema le permite practicar la usura con las autonomías (aparte de la arbitrariedad). Ponemos un ejemplo: la sanidad catalana.

Catalunya paga su sanidad con un dinero que cobra a sus ciudadanos vía impuestos. Este dinero, una vez recogido, va a Madrit (concepto). Allí hay una caja donde va a parar todo lo que pagan los españoles y está controlada por el Montoro de turno. Él es quien decide cuánto dinero devuelven. Como, normalmente, devuelven mucho menos del que se marcha, porque hay que equilibrar el conjunto del Estado, se acaba produciendo una cosa que le llaman déficit (por cierto, no sé si se ha dado cuenta de que ésta es la prueba de que aquello de que no pagan los territorios sino los ciudadanos es una bromita argumental nada inocente. Bueno, aparte de ser una mentira como la catedral de Girona). Este déficit, por cierto, ha aumentado en Catalunya de una manera espectacular por la gestión de los últimos gobiernos, sobre todo el de Montilla (donde además del PSC estaba Esquerra e Iniciativa... no, como para hacer memoria, ¿verdad?). Total, que entre el dinero tirado en sitios como el carril VAO de la C55, el aeropuerto de Alguaire o la ACA (entre otros), el que han desaparecido en comisiones, la bajada de los ingresos por impuestos a causa de la crisis y el que no vuelve de Madrit, Catalunya cada año tiene que calcular que su déficit es la tercera o la cuarta conselleria a la que dedicar más presupuesto. Vaya, que devolver a Madrit lo que se debe, pasa a ser uno de los grandes gastos y, en consecuencia, es lo que impide poder gastar más dinero en políticas sociales. Sin embargo, no se vaya, que ahora viene lo mejor.

Cuando Merkel le dice a España que basta ya de déficit descontrolado y que se ha acabado la fiesta, Rajoy coge el cuchillo de los carpaccios y hace tres trozos. ¿De qué tamaño? Vamos al 2013, cuando el déficit del Estado tenía que ser del 6,3%. Hace un trozo del 3,7% para la Administración general del Estado (es decir, Madrit se puede endeudar un 3,7%), un trozo del 1,4% para la Seguridad Social y... ¡uno del 1,2% para las comunidades autónomas! Resultado: autonomías como la catalana, que pagan sanidad, enseñanza, policía, dependencia, etc., tiene que sacar dinero de debajo las piedras para poder asumir estos gastos, más los gastos de los intereses del déficit acumulado y sin poder pasarse del 1,7. Pero Madrit todavía hace otra cosa. Con la excusa de que el control del déficit es sagrado, impide a las autonomías ir a buscar dinero fuera y se inventa el FLA (Fondo de Liquidez Autonómica). ¿Usted quiere dinero? Pase por aquí y por un modesto 4% de interés le dejaremos el dinero que usted previamente ha recaudado de los catalanes y por cada 10 euros que le dejamos, tendrá que devolver 10 euros con 40 céntimos.

Eso sí, este año que acabaremos pronto el FLA no ha incluido usura y el dinero viene al 0%. Eso sí, aplicando el criterio político y de palos en las ruedas que hemos visto este viernes. Pero no suframos que el próximo año volvemos con, de momento, un FLA del 1%, con lo cual la diversión continuará y aumentada.