Si alguien quiere saber cómo un gobierno puede llegar a manipular las instituciones del Estado, puede acudir a la lectura de un interesante libro que lleva por título Valió la pena que acaba de publicar Jorge Dezcallar, que fue director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) durante los trágicos atentados del 11 de marzo de 2004 en la estación de Atocha de Madrid y en los que perdieron la vida 191 personas. El libro de la Editorial Península es, en muchos aspectos, descarnado y ofrece una visión oscura de los servicios de inteligencia del Estado, muy alejada de la pulcritud exigida y mucho más cercana a la manipulación por parte del Gobierno, en aquel caso, de José María Aznar. Más de once años han tenido que transcurrir para que Dezcallar hablara claro: "Me sentí marginado y manipulado cuando, sabiendo que habían sido detenidos dos indios, tres árabes y dos españoles, el día 13 recibí instrucciones del Gobierno de salir y declarar que el CNI seguía con la pista abierta de la autoría de ETA". Meses después, Dezcallar abandonó el cargo destino de la embajada ante la Santa Sede.

Ha tenido que pasar más de una década para conocer, de la pluma de un muy cualificado cargo de la época, la verdad de un trágico momento de la historia de España. Hoy sabemos que lo importante era ganar las elecciones aunque fuera a cambio de engañar y mentir a los ciudadanos. Sin la movilización que se produjo, al hilo del engaño del 11-M, el PP hubiera conservado el poder en 2004 y, quizás, aún hubiéramos tardado más tiempo en que Dezcallar nos descubriera la verdad.

¿Cuántas veces habrá sucedido después? ¿Qué quedará de verdad de muchas de las acusaciones que se han conocido a rebufo del desafío independentista en Catalunya y que tenían como principal objetivo desestabilizar a las fuerzas soberanistas? ¿Sabremos un día la verdad sobre la participación del Gobierno español en la incautación de la Banca Privada de Andorra (BPA), facilitada por la ineptitud del presidente del Gobierno andorrano, Antoni Martí? Dezcallar critica al Gobierno español por su actuación ante el desafío catalán, lamenta que haya pasado la responsabilidad a los jueces, repudia que no haya negociado y considera que "debería pagar, porque lo que ha hecho es terrible".