El caso ha sucedido en la escuela Jesús, Maria y Josep de la congregación Padre Manyanet y se ha conocido gracias a los compañeros de El Periódico que lo han publicado. El titular lo dice todo: "Un colegio castiga a un informático por denunciar a los Mossos el hallazgo de material pedófilo". Me pinchan y no me sacan sangre.

Resulta que a un cura de la escuela Padre Manyanet de Sant Andreu en BCN se le estropeó el ordenador personal y se lo dejó al técnico que se encarga de estas cuestiones en la escuela para que se lo arreglara. Cuando este accedió al contenido para ver cuál era el problema, se encontró 39 gigas de pornografía infantil. ¡TREINTA Y NUEVE GIGAS! Bajadas de Internet. Ante esta situación hizo lo que tocaba: denunciarlo a los Mossos. Y, ¿sabe por qué tocaba? Porque estamos hablando de un delito. Y grave. ¿Reacción de la congregación? Expedientar al informático. ¡SEN-SA-CI-O-NAL!

¿Y sabe por qué lo han expedientado? Porque la escuela dice que son ellos quienes deben decidir la manera como se afronta el caso, las medidas que se aplican y que el informático "ha atentado contra la intimidad, la privacidad y la imagen del religioso de forma injusta", cosa que les hace plantearse la posibilidad de presentarle una demanda por un delito de revelación de secretos.

Mire, yo de leyes tampoco entiendo, pero supongamos que este mismo cura sale borracho y drogado de la escuela, coge un coche que uno no esd suyo, sin tener carné atropella a dieciocho niños, huye sin socorrerlos y yo lo veo. ¿Qué hago, llamo en la puerta de la escuela y se lo comento la cosa para que ellos decidan cómo lo afrontan o voy a los Mossos con la matricula del coche y la descripción del individuo?

¿Y si voy a los Mossos, cosa que es la más normal del mundo, de verdad que estaré atentando contra la intimidad, la privacidad y la imagen del religioso de forma injusta y estaré revelando un secreto? ¿Qué secreto? ¿Desde cuando denunciar un delito tan evidente como el que nos ocupa es desvelar un secreto? ¿Si yo voy por la montaña y me encuentro una plantación de marihuana que alguien tiene escondida y lo denuncio, claro que estaré revelando un secreto, porque el amo de la plantación no va por el mundo explicando que planta droga pero, ¿verdad que no se le ocurriría a nadie invocar este "secreto" para censurar mi denuncia? ¿Los testigos que van a los juicios, qué secretos revelan?

Yo ya entiendo que a algunos les interesa lavar los trapos sucios en su casa. Es aquello de los protocolos internos y tal. Hace siglos que actúan así. Es la mejor manera que nunca se sepa nada. Y, sobre todo, la forma con la cual la iglesia no afronta nunca nada y no hace nada para acabar con la pedofilia y con los abusos a menores que se producen dentro de sus muros. Y la solución siempre acaba siendo un "estamos consternados" seguido de un "es un caso aislado" y un "hombre, por una cosa así no estropearemos la reputación de esta maravillosa escuela". Después tres o cuatro excusas más, unas reuniones para quedar bien y finalmente el olvido y la nula solidaridad con las víctimas y el traslado del mosén en cuestión "a una residencia".

Evidentemente que de pedófilos y de abusadores el mundo está lleno. Lamentablemente. Pero quien se ha otorgado la responsabilidad de decidir sobre nuestra moral y decirnos qué está bien y qué no, tiene que darle a la sociedad un ejemplo exquisito. Su actitud tienen que ser impoluta e irreprochable. Y si les aparece un caso, tienen que ir a por todas. Por respecto a su propia institución y a lo que representa, pero por encima de todo porque es un delito. Y especialmente despreciable y asqueroso porque afecta a unos menores de edad a quién actos como estos les puede destrozar media vida.