Se busca conseller en cap y con una cierta urgencia porque la inhabilitación del presidente Torra puede caer en cualquier momento y Junts per Catalunya quiere mantener el pacto de gobierno tal como se estableció con Esquerra Republicana, es decir, con la presidencia del Parlament y la segunda autoridad del Govern para los republicanos pero con la presidencia o primera autoridad del Consejo Ejecutivo controlada por los posconvergentes. Esta es cuando menos la propuesta que surge de un sector de JxCat que quiere situar a uno de sus referentes como mínimo al mismo nivel que el previsible candidato de ERC a la presidencia de la Generalitat, Pere Aragonès, en unas elecciones que inexorablemente llegarán en los primeros meses de 2020.

Esta operación tiene obstáculos políticos considerables. De entrada, sólo se podrá llevar a cabo siempre y cuando no se produzca la inhabilitación exprés del presidente Torra que reclama el Partido Popular de la Junta Electoral Central. Si el presidente Torra es destituido en los próximos días no habrá tiempo de hacer nada y las elecciones caerán por su propio peso. Sin embargo, los juristas que asesoran al Govern están convencidos de que este procedimiento de la inhabilitación exprés no es viable y que Torra todavía tendrá unos meses de margen de maniobra dentro del Govern e incluso decidir la fecha de los elecciones. El problema es que no pueden coincidir en el Govern un conseller en cap y un vicepresidente. Si Torra nombra por su cuenta a un conseller en cap, Pere Aragonès perdería la condición de vicepresidente, y habría que ver cuál sería la reacción de ERC. Incluso los republicanos podrían decidir abandonar el Govern y dejar a Torra en una exigua minoría, lo cual ya es supesto por JxCAT, que no ven inconveniente en ello, sino todo el contrario, gobernar solos en víspera de elecciones.

La psicosis electoral se ha apoderado de las dos principales fuerzas del independentismo como se nota con la batalla dialéctica sobre la conveniencia de dar apoyo o no la investidura de Pedro Sánchez. La declaración del pasado lunes del presidente Torra lo deja lo bastante claro. Los estrategas de JxCat esperan que ERC pacte con Pedro Sánchez para poder reprocharle una actitud que califican de claudicante. No es nada más que la venganza de cuando ERC quería elecciones antes que la DUI y no apoyaron al presidente Puigdemont para que cargara él solo con las consecuencias.

La intención de JxCat es ahora promocionar a un nuevo líder institucional que lidere junto con Carles Puigdemont la próxima candidatura electoral de Junts per Catalunya. Los candidatos son Damià Calvet y Jordi Puigneró

La intención de JxCat es ahora promocionar a un nuevo líder institucional que lidere junto con Carles Puigdemont la próxima candidatura electoral de Junts per Catalunya. No hay nada del todo decidido pero todo el mundo tiene claro que la apuesta victoriosa es que Puigdemont tiene que figurar como cabeza de lista simbólico. Es elegible pero para tomar posesión tendría que renunciar al escaño del Parlamento Europeo y eso le haría perder la inmunidad y su capacidad de acción. Así que JxCat piensa en un tándem integrado por el líder moral del independentismo como cabeza de lista y un candidato a presidir el Govern de solvencia contrastada.

Ahora mismo, los candidatos son dos. El actual conseller de Territorio y Sostenibilidad, Damià Calvet; y Jordi Puigneró, conseller de Políticas Digitales y Administración Pública. Los dos son miembros del PDeCAT. Calvet es un hombre de confianza de su antecesor Josep Rull, y está bien dispuesto a formar tándem con Miquel Buch, el actual titular de Interior, para dar solvencia programática y organizativa al nuevo partido de Junts per Catalunya que tiene que surgir de la confluencia del PDeCAt, la Crida y los independientes puigdemontistas. Puigneró tiene a favor un currículum académico brillante y, sobre todo, que es un hombre de absoluta confianza del president Puigdemont.