Los inversores han capitulado finalmente en Europa y el crac de sus bolsas se ha confirmado con una caída del 4,88% en el Ibex 35 y del 3,9% en el Eurostoxx 50. El hundimiento de los valores bancarios arrastró al resto de sectores, que temen que el mercado bursátil adelante una recesión general. Los problemas de la banca europea son generales, pero si hay que empezar por alguien habría que detenerse en Italia, cuyos créditos dudosos han sido estimados en 225.000 millones de euros, según el Banco de Italia. Por ejemplo, Unicredit, en cuyo accionariado tienen una fuerte presencia de inversores de Abu Dhabi, Libia y Noruega, cuya continuidad está en duda a la vista de la caída de los precios del petróleo, que ayer volvían a bajar. En Alemania, el copresidente ejecutivo del Deutsche Bank, John Cryan, advertía que la reforma del banco "no será fácil y harán falta años para que se vean resultados". Y en Credit Suisse se ha producido la huida de una parte de sus principales clientes. Un inversor decía ayer que "la banca europea está hecha polvo". Y es así porque los tipos de interés oficiales cercanos a cero impiden que sus modelos de negocios funcionen, ya que no tienen márgenes en sus operaciones ordinarias de crédito a través de las cuales lograr beneficios suficientes para cubrir los cerca de un billón de euros de préstamos dudosos que guardan en sus balances.

Los inversores han capitulado finalmente en Europa y el crac de sus bolsas se ha confirmado

El miércoles intervino ante las Cámaras americanas la presidenta la Reserva Federal, Janet Yellen, pero de nuevo incurrió en mensajes tan tibios e indefinidos de cara a afrontar situaciones como ahora viven los mercados, que estos se giraron irritados. Hoy, a media sesión el Dow Jones caía un 2,32%. Haría falta un Churchill hoy al frente del FMI. El drama se cierra con el petróleo, West Texas , que bajó ayer en EE.UU. buscando los 20 dólares según el Wall Street Journal, mientras que en Europa el Brent bajó un 1,20%, hasta los 30,34 dólares. El bajo precio del crudo hace que no suba la inflación, con lo que no cabe esperar una alza de  los tipos de interés que permita a la banca trabajar con relativa normalidad. Así que el dinero se fue al oro, que se apreció un 4,28%, hasta 1.241 dólares. En las tesituras en que estamos hay sospechas de que ni Ali Babá gana.