Tal día como hoy del año 1471, hace 551 años, en el paraje llamado Torre Balldovina (en el término municipal de Santa Coloma de Gramanet), y en el contexto de la Guerra Civil catalana (1462-1472), las tropas del bando realista, dirigidas por Alfonso de Ribagorça (hijo natural de Juan II); derrotaban a las del partido de la Generalitat, comandadas por Jaime Galioto, capitán general del Principat. En aquella guerra, la corona, las clases mercantiles urbanas y las clases populares agrarias (los campesinos remensas) se habían aliado para combatir la aristocracia rural terrateniente y las oligarquías urbanas rentistas; en un conflicto donde se dirimía la conservación del régimen feudal (el poder de la nobleza y la jerarquía eclesiástica propietarias y maltratadoras) o su liquidación.

Aquella batalla, llamada de Santa Coloma, se saldó con una clamorosa derrota del partido de la Generalitat, que perdió los jefes militares más destacados de su bando (muertos o prisioneros). Según las fuentes documentales de la época, aquel enfrentamiento fue una auténtica carnicería. Alfonso de Ribagorça, con la batalla ganada, lanzó a su gente (150 caballos y 2.000 peones) a cuchillo contra el enemigo, trinchando a la aristocracia catalana que se había dado cita en aquella contienda. Según las mismas fuentes, en el bando antimonárquico (de la Generalitat) participaron elementos de destacadas familias oligárquicas de Barcelona, como los Santjust, del partido de la Biga, que combatían los mercaderes, los artesanos y las clases populares del partido de la Busca.

Después de aquella batalla, el partido aristocrático catalán quedó diezmado, y se produjo un goteo de deserciones hacia el bando realista buscando el perdón del rey. Pocos meses después se pactó la conclusión del conflicto, que coincidiría con el fin de la Revolución Remensa y que se saldó con una rotunda victoria del eje corona-clases mercantiles-clases populares. Catalunya sería el primer país de Europa que iniciaría el desguace del régimen feudal. Y Fernando el Católico, que había alcanzado la corona en 1479, buscaría una salida honrosa para la aristocracia catalana: les procuraría matrimonios rentables con las familias aristocráticas castellanoleonesas. En cambio, la baja nobleza catalana fue abandonada por el rey en una situación de ruina absoluta.