El virtual alcalde Trias se reunió entre el martes y jueves con el triunvirato fáctico de la ciudad. Y uno a uno, los venerables le leyeron la cartilla. Déjate de puñetas con Maragall y pacta el gobierno con Collboni. Este fue el mensaje. Repetido tres veces. Que es justamente el mismo mensaje que le hizo llegar el portavoz Albert Batet. Que no sea dicho que Batet no predica con el ejemplo. Batet es quien ha impulsado y promovido el pacto en la Diputació de Tarragona con el PSC, que veremos cómo acaba. No hay que cantar victoria antes de tiempo.

Ahora bien, que sea Batet quien le dice a Trias lo mismo que le pide el triunvirato es muy significativo. Todo el mundo sabe, en Junts, que el sargento Batet es un soldado del presidente del Consell per la República. El Legítimo levanta el pulgar o lo baja. No hace falta nada más. Cualquier debate es superfluo, como bien saben los que proponían primarias. El presidente del Consell per la República —que tiene una sola cabeza, pero varios sombreros— dijo que ni hablar. No tolera que se tengan ideas propias. Por eso tiene tan cerca el sargento Batet. Y al cabo Rius, que delante del Legítimo se cuadra marcialmente. Rius, en el Ayuntamiento, tocará la corneta de la repartidora.

Es sincero Xavier Trias cuando dice que querría a Collboni y a Maragall en el gobierno. Aunque hay que decir que es exactamente lo mismo que querría Colau. Esta vez sí. Ayer se lo montaba con Valls para acabar con Maragall y ahora le acaricia el lomo para ver si maúlla como un gato.

Hace días que Trias habla con Maragall para estudiar la entrada de ERC en el gobierno de la ciudad. Al simpático Trias le gustaría maquillar la sociovergencia que acabará siendo. La pregunta es si tiene algún sentido que los republicanos entren en un gobierno que acabará teniendo de primer teniente de alcalde a Collboni, que es el gestor del acuerdo con Valls de 2019. Ungido, por cierto, con la colaboración del triunvirato fáctico de la ciudad.

Hay una diferencia notable entre respetar al candidato más votado y, al mismo tiempo, descartar hacer inventos con quien te humilló sin contemplaciones hace cuatro años

Trias también quiere pactar con Collboni. Sabe de qué va la cosa. Que es justamente lo que quiere al presidente del Consell per la República, que con una mano agita la estelada para distraer a los parroquianos y con la otra no pierde el tiempo. La antología de la tomadura de pelo. Pero a Trias —que tiene una cierta autonomía y no profesa el odio africano del presidente del Consell per la República— le gustaría edulcorarlo con ERC. Es un sentimental. Pero claro, acabará haciendo lo que tiene que hacer y lo que le piden el sargento Batet y el triunvirato: Collboni.

ERC se deja querer en una fiesta que no es la suya. Hay una diferencia notable entre respetar al candidato más votado y, al mismo tiempo, descartar hacer inventos con quien te humilló sin contemplaciones hace cuatro años. O bien entrar en un gobierno que será también el de Collboni y que tendrá detrás al triunvirato fáctico de la ciudad. Que, de hecho, es el mismo que promocionó a Valls en 2019 y que trabajó —con Collboni e Iceta— para hacer posible la investidura de Colau.

También es sincero el triunvirato. Desde el principio jugaron a Collboni o Trias (como también decía Sirera) y ahora le reclaman a Trias que cumpla y haga lo que toca hacer. ¿Y lo hará, Trias? Por poco que pueda, la estelada seguirá en el baúl.

Mientras tanto, el capitán Collboni sigue haciendo al pardillo pidiendo la alcaldía. Si ayer exigía a Maragall que no traicionara a las izquierdas, hoy habla con el PP. Colau ahora sí que invoca el espíritu del 15M para exigir a Maragall que la haga alcaldesa. Tanta farsa disfrazada de principios da miedo. ¿Y el sargento Batet? En nombre del presidente del Consell per la República, ha dejado muy claro qué toca hacer: si tu enemigo está con el agua al cuello, no le tiendas la mano, pie en el cuello.