Doce muertos y un niño desaparecido. Terrible. La torrentada en el Llevant de Mallorca ha sido muy bestia. Ahora hay que ayudar a las víctimas e intentar que recuperen su día a día lo más rápido posible. Y a continuación hacer lo posible para que cuando vuelva a llover en la zona y en otras, los efectos no sean tan devastadores. Y de eso va esta pieza.

El riesgo cero no existe y cuando llueve como llovió el lunes en la zona de Sant Llorenç des Cardassar es muy difícil evitar la catástrofe. Ahora bien, ante la fuerza incontrolable de la naturaleza, los seres humanos tenemos dos opciones: atizarla o apaciguarla. Y tendemos a hacer lo primero. Porque pensamos que no pasará nada. Hasta que sucede.

Si tú construyes un pueblo en el curso de un torrente o en su desembocadura, lo más probable es que un día, ahora o dentro de 500 años, llueva como llovió el lunes y el torrente haga su trabajo, que es evacuar el agua. Los compañeros de IB3 lo explicaron perfectamente en este vídeo:

Es el mismo caso que el de Biescas, en Huesca. Allí fue un camping, el de la Virgen de las Nieves. Las lluvias torrenciales del 7 de agosto de 1996 llenaron de agua el barranco de Arás, en cuyo cauce estaba la instalación. Murieron 87 personas.

Y si nos situamos en nuestro país, podemos ir al 1962, cuando en aquel Vallés que había crecido desmesuradamente y sin ningún control, donde construyeron prácticamente en el cauce de las rieras, un gran temporal de lluvia causó 700 víctimas.

Y podríamos seguir. El Mediterráneo es zona de riadas. Y lo seguirá siendo. Por eso me sorprendió mucho cuando el otro día vi y oí por TV (en un TN de TV3) a una persona que hablaba en nombre del ayuntamiento de BCN y que culpaba el cambio climático de las inundaciones que sufre últimamente el barrio del Paral·lel de la ciudad. Lamento no saber el nombre ni el cargo de la persona en cuestión porque cuando me tropecé con ella ya había sido presentada. Y es una pena no poder poner cara y cargo a alguien que frivoliza de esta manera con una cosa tan seria como el cambio climático.

BCN es una ciudad que a menudo sufre aguaceros. Un clásico de la ciudad preolímpica eran las inundaciones en la plaza Cerdà. Y la situación no se resolvió hasta que alguien lo solucionó. Y la plaza Cerdà no se ha vuelto a inundar nunca más. Ni siquiera ahora que sufrimos el cambio climático.

Hace siglos que en el Paral·lel de BCN llueve. Y antes no se inundaba. Y ahora sí. Alguna cosa ha pasado. Y me temo que la culpa no es del cambio climático. Sí, ya sé que el cambio climático es muy útil para sacarse las pulgas de encima porque, pobrecito, no puede defenderse. Pero, ¿qué tal si lo dejamos tranquilito y nos dedicamos a mirar qué está sucediendo en la zona del Paral·lel de BCN y que antes no pasaba y por eso no se inundaba como ahora?

Sí, nos estamos cargando el planeta. Y este es el problema más grave que tiene planteado la humanidad. Básicamente porque sin planeta no hay humanidad. Y es un problema tan grave que banalizarlo porque cada vez que llueve un poquito se inunda el Paral·lel de BCN es una excusa tan absolutamente impresentable que provoca la risa.

Si no fuera porque un día habrá una desgracia. Y como la culpa será del cambio climático, nadie habrá hecho nada para que el Paral·lel deje de ser la nueva plaza Cerdà. Eso sí, haremos un entierro muy bonito.