¿Qué nos está pasando? Supongo que tantos años de machismo y moral religiosa nos están pasando factura. Hace demasiados años que quieren hacernos creer que las cosas solo pueden ser blancas o negras, y ya ha quedado más que demostrado que en la paleta hay muchos más colores. Hasta aquí, supongo que estamos todos de acuerdo, o por lo menos la gran mayoría. Volvamos ahora a la pregunta inicial: ¿qué nos está pasando? ¿Por qué tenemos la necesidad de etiquetarlo todo, absolutamente todo?

Yo hasta hace poco vivía más o menos tranquila, pensando que todos éramos personas (obviando algún impresentable) y que entre las personas podía haber atracción sexual, y que, si se daba el caso de que la atracción sexual entre dos o más personas era recíproca, copulaban y/o disfrutaban mucho juntos. Pero se ve que la cosa no va exactamente así y que todo es mucho más complejo. Si nos centramos en la identidad de género, para empezar, veremos que el mundo, en realidad, se divide en personas de género no binario [que incluye a las personas agénero o de género neutro (que no se identifican con ningún género), las personas bigénero (que se identifican con los dos géneros) y las personas de género fluido o fluidas (cuya identidad o bien es inclasificable o va cambiando según el momento)]; personas de género binario (que vendrían a ser las que se identifican con la clasificación tradicional hombre/mujer y con todas las características que se les ha asociado culturalmente); personas transgénero (que tienen una identidad de género que no coincide con el sexo que se les asigna al nacer), y seguro que me dejo algún otro colectivo.

A partir de aquí, os aviso, empieza el caos. Si nos adentramos en el mundo de la orientación sexual y del sexo, la cosa se complica aún más: heterosexuales, lesbianas, gais, bisexuales, queers (que son las personas que rechazan identificarse con un género o con una orientación sexual específica), pansexuales (se sienten atraídos por las personas, independientemente del sexo o género al que pertenezcan o con que se identifiquen), demisexuales (sienten atracción sexual solo hacia las personas de quienes están enamorados o con quienes tienen un vínculo emocional), poliamorosos (personas que tienen relaciones sexuales y/o afectivas con más de una persona a la vez, con el consentimiento de todas las partes implicadas)... ¡BASTA! ¿Nos hemos vuelto locos o qué? ¿Qué será lo siguiente? ¿Pestañalargasexuales? (Dicho de quien siente atracción sexual hacia las personas con pestañas largas.)

Entiendo que durante muchos años se han perseguido las diferencias, pero la represión, pienso yo, no se combate añadiendo etiquetas, sino normalizando la situación

Fuera bromas. No sé vosotros, pero yo, después de escribir todo esto, me da vueltas la cabeza. A las personas que nos importa un bledo si alguien es gay, lesbiana, hetero, bisexual, binario, no binario, trans... nos cuesta entender ese afán de etiquetarlo todo. ¿Por qué esa necesidad de poner nombre a todas las cosas y definirlo todo con pelos y señales? Cada persona es un mundo, soy muy consciente de ello, pero ¿tenemos que ponernos una etiqueta cada uno? Somos más de 8.000 millones de personas en el mundo, no sé vosotros, pero yo no tengo tanta retentiva, mi memoria es bastante limitada y prefiero utilizarla para otras cosas.

Yo, cuando veo a alguien por la calle, no pienso: "¡Mira, es Judit, esa persona no binaria que conocí el sábado pasado!" u "Ostras, hacía mucho que no veía a Pedro, aquella persona que practica el poliamor y que es de género fluido". Ya tengo suficiente trabajo como para ponerme a investigar sus orientaciones sexuales y para saber con qué género se identifican. Me da absolutamente igual, no cambiará la opinión que tengo de ellos el hecho de que sean pansexuales, transgéneros o heteros. Lo único que pienso, como mucho, es: "Mira, una persona que no me saluda. ¡Maleducado!". Soy plenamente consciente de que cada uno es diferente, no os preocupéis; pero no necesito saber cuáles son todas vuestras diferencias, simplemente las acepto. A esto se le llama ser tolerante, y estaría bien que todo el mundo lo fuera.

Tampoco entiendo esto de que alguien "salga del armario". ¿Para qué? ¿Hay que anunciar en casa que eres gay o bisexual o lo que sea? ¿Lo ha hecho alguna vez alguien para decir que es heterosexual? No, ¿verdad? Pues, ¿por qué tienes que hacerlo si eres gay o asexual? Normalicemos un poco la situación. ¿Por qué es necesario que la gente sepa qué orientación sexual tienes? Te gusta una persona y ya está; el resto es superfluo. Bueno, siempre es importante saber si es buena persona. Eres tú que tienes que saber quién eres, cómo eres y qué quieres y qué no quieres. No hace falta pregonarlo a los cuatro vientos. Como he dicho, somos demasiada gente en este mundo, y tanta información agobia. Piensa que ponerte etiquetas te limita y te encasilla; por lo tanto, mejor no ponerte muchas.

Entiendo que durante muchos años se han perseguido las diferencias, pero la represión, pienso yo, no se combate añadiendo etiquetas, sino normalizando la situación. Y en este caso, normalizar significa hacer tu vida sin que te importe lo que los demás piensen o digan de ti; porque, ya te lo adelanto, siempre habrá alguien que te criticará. No sé, eso es lo que pienso yo, las etiquetas siempre me han agobiado. Prefiero pensar que somos personas con nuestras particularidades y luchar por la tolerancia.