El sonido del otoño, para los amantes de la naturaleza, es el de la berrea. Los ciervos macho, en celo, recorren las montañas berreando y entrechocando sus cornamentas para lucirse ante las hembras. Al atardecer pueden escucharse sus berridos, incluso los golpes de sus cuernos. La escena merece la pena. Hace años pude disfrutarla en la sierra burgalesa y sin duda, no la olvidaré jamás. Estos días me he acordado de aquella experiencia, y no precisamente porque sea otoño, ni por un atardecer, sino al ver el ya famoso vídeo de unos jóvenes estudiantes de un colegio mayor de Madrid soltando alaridos desde las ventanas

Discúlpenme los amantes de la naturaleza (yo también lo soy), pero la imagen de los machos haciendo el bestia me parecía bastante similar (salvando las diferencias, por supuesto). Los ciervos chocan sus cuernos, gritan. Los del colegio mayor sueltan barbaridades y se organizan para, supuestamente, ¿conquistar? a las muchachas que se alojan en los colegios mayores colindantes. 

Se grabó un video en el que podía verse a un muchacho dando el berrido inicial, inmediatamente acompañado, de forma organizada, por los demás residentes, que subían las persianas al mismo tiempo. Una performance sin duda, que pretendía resultar original, al más puro estilo tiktoker. Ese vídeo corrió como la pólvora en redes, pues el berrido era una sarta de barbaridades que ha causado estupor. 

El vídeo que, sin embargo, no se ha visto prácticamente nada, es el que recoge la respuesta de las chicas, que prácticamente no se entiende, pero que, igualmente, tiene toda la pinta de ser organizada. 

Las reacciones al berreo de los muchachos no se hicieron esperar. Se ha magnificado todo, sacándolo de contexto, y al primer chaval ya le ha costado la expulsión del colegio mayor. Sus soeces palabras han sido reproducidas por la ministra de Igualdad en el Congreso, como muestra de una juventud que ha perdido los valores más esenciales del respeto a las mujeres. 

Al ver el escándalo que se estaba formando, las chicas del colegio mayor que participaron en esta berrea, salieron en defensa de sus compañeros para explicar que, en primer lugar, no se sentían en absoluto ofendidas. En segundo lugar, para subrayar que se estaba sacando de contexto, y para explicar, además, que este tipo de lindezas ellas también las decían a otras chicas de un tercer colegio mayor. Las mismas. 

Me ha sorprendido mucho cómo un hecho sacado de contexto se ha querido utilizar por parte de los políticos para poner el grito en el cielo. Cuando, aunque sea una muestra de falta de creatividad y de gusto, no deja de ser una auténtica gamberrada, algo que no debería ser juzgado de la manera en que lo está siendo. 

Lamento sinceramente tener políticos que pasan de largo ante problemas realmente graves. Lamento sinceramente a la gente que sigue los dictados de estos políticos sin pensar ni informarse bien de lo que realmente ha ocurrido

No he dejado de pensar en ese chaval que dió el primer grito, en cómo debe sentirse, en cómo debe estar pasándolo estos días. Es un joven de Mallorca, recién llegado a Madrid, al que ahora le toca hospedarse en casa de unos familiares, pues se ha quedado sin su habitación en la residencia. 

Me pregunto dónde está la solidaridad de sus compañeros y compañeras, que asumiendo como lo han hecho, que todos formaban parte de esta soez "tradición", no han hecho las maletas. En mi opinión, debería ser la reacción lógica como respuesta ante la excesiva respuesta contra el muchacho. ¿Acaso no estabais todos participando de lo mismo que él? ¿No es injusto dejarle colgado como si fuera el único "responsable" de la "gracieta"?

Me sorprende la hipocresía de Unidas Podemos en todo esto. Sobre todo cuando miembros de su partido, como su secretario de organización, Pablo Echenique, han participado en programas de humor, donde hacía bromas absolutamente machistas, señalando que Marta Flich no era capaz de hacer entender la economía, pero que como estaba de buen ver, podría ser ministra en el gobierno de Pedro Sánchez. Búsquenlo, que no tiene desperdicio. Una batalla de bromas entre la presentadora y el político que bajo la etiqueta del humor, abre un cajón muy interesante. Sobre todo porque demuestra que cuando los comentarios soeces y machistas los hacen ellos, son graciosos. Pero si los hacen unos chavales en un entorno de fiesta, son delictivos. 

Hacer este tipo de reflexión supone automáticamente que te apunten como una "facha", una afiliada a la extrema derecha, que defiende el acoso machista. Es lo que tiene opinar en libertad y no tragar con ruedas de molino. 

Me preocupa esta sociedad en la que cualquier cosa puede ser manida hasta la saciedad, sin valorar el contexto, las circunstancias y, sobre todo, la intencionalidad. Si tengo que entender que Echenique hace un chiste donde no sólo se pretende reír de Flich, sino también de todas las mujeres que ocupan un puesto en el gobierno, haciendo entender que por el hecho de "estar buena" ya te dan un cargo, ¿por qué juzgar entonces con esta dureza a unos chavales que evidentemente están en un contexto de fiesta, de exceso?

Que la Fiscalía de Madrid haya abierto una investigación me parece el colmo. Sobre todo porque aquí peligrosidad no hay, en mi opinión, ninguna. Salvo la que generan los políticos poniendo el foco y los medios de comunicación amplificando un hecho que no debería haber tenido más recorrido que el inicio de un curso y el furor de las hormonas de unos chavales que, quizás, deberían leer más y escuchar menos reggaeton. 

Lamento sinceramente el trago que está viviendo ese joven mallorquín. Lamento sinceramente tener políticos que pasan de largo ante problemas realmente graves. Lamento sinceramente a la gente que sigue los dictados de estos políticos sin pensar ni informarse bien de lo que realmente ha ocurrido. Lamento profundamente la espiral de las modas que nos arrastran a todos hacia la resurrección de una Santa Inquisición desbocada. 

Y lamento profundamente que la supuesta izquierda se dedique a no defender lo que realmente es imprescindible y monte semejantes campañas por lo que no dejan de ser chiquilladas. Será que es el nivel de nuestros políticos, que no dan más de sí. Y así nos va. 

Y como acto de educación para estos estudiantes, propongo una excursión a la berrea para todos los estudiantes de los colegios mayores. Los ciervos sí que saben.