Te diré qué pienso de los españoles, Xavier Domènech. En primer lugar constato que, a nivel antropológico, son una gente que me gusta mucho, porque se pasan el día reivindicando orgullosos su nación (¡yo soy, español, españoool, españooool!) y, cuando les dices españoles, se enfadan y te dicen xenófobo, etnicista, racista y venga con cualquier cosa que acabe en ista. De los españoles también te diré que, semanas antes del 1-O, tuvieron la ocurrencia de enviar tres cruceros monumentales a Barcelona, rebosantes de policías musculosos, unos agentes del orden y de la unidad con el noble objetivo de zurrar a la abuela (¡que nos dejen actuar!) y coaccionar a todos tus conciudadanos, simplemente porque querían hacer una cosa tan anormal como era depositar un voto en una urna para decidir su futuro como adultos responsables. Fíjate en la de cosas que hay para decir de los españoles, amigo Domènech.

Sé lo que me dirás, Xavi: que todos los españoles no son iguales, que una cosa es el estado y la otra son los ciudadanos y que tal y que cual. Pero no, estimado Domènech, porque, contrariamente a lo que crees, la política se parece mucho, muchísimo, a los electores a quienes representa. Y de la misma manera que los catalanes acostumbramos a escoger líderes miedosos, llenos de retórica y con escasa palabra, ni chicha ni limonada, para entendernos, a los españoles les complace ser representados por diputados y presidentes que pueden ser amabilísimos, no te lo negaré, pero que cuando les tocan la unidad de la patria tarde o temprano sacan el garrote. Si no te lo crees, Xavi, piensa sólo en cómo tu amigo Pablito gobierna Podemos, y, si todavía no sabes de qué te estoy hablando, recuerda cómo Iglesias fulminó a Albano Dante Fachin de la sectorial catalana por el simple hecho de que suscitaba simpatías entre el independentismo.

Los españoles 'progres' llevan más de treinta años blanqueando el autoritarismo supremacista ibérico con unas promesas federales de tres al cuarto que nunca llegan a hacerse patentes

¿Te suena, todo eso, Xavi, o lo has olvidado? Pues ahora te recordaré, para darte más pistas, no sólo quiénes son los españoles, sino quiénes son los españoles progres, que son de largo mis favoritos, porque son una gente todavía más pintoresca. Incapaces de afrontar el autoritarismo del estado al que siempre acaban excusando las fechorías, los españoles progres son los primeros procesistas del mundo. De hecho, ellos lo inventaron, porque llevan más de treinta años blanqueando el autoritarismo supremacista ibérico con unas promesas federales de tres al cuarto que nunca llegan a hacerse patentes. Recuérdalo, Xavi: que si somos una nación de naciones, que si un estado regido por el multilateralismo (que es, como el mineralismo de mi admiradísimo Fernando Arrabal, algo que nunca acaba de llegar), que si ahora es la hora de un cambio constitucional. Palabrería, Domènech, palabrería.

Eso sí, Xavi, los españoles tienen una cosa admirable. Te envían a la policía a golpearte, te expolian sistemáticamente los recursos, son lo bastante hábiles como para que nuestros diputados siempre acaben renunciando a los mandatos del pueblo y al final siempre consiguen que seas tú quien baje la cabeza, entregue y/o disuelva los tuits, y pida disculpas. Estos son los españoles, Xavi. ¿Te ha quedado suficientemente claro, Domènech?