Hace una semana se organizaron actos en Euskal Herria para denunciar lo que ha venido suponiendo un tratamiento judicial específico a determinadas personas por el hecho de ser quienes son. O quienes supuestamente eran, en algunos casos: etarras. 

Con la aplicación de la ley antiterrorista en España se aplicó la norma de una manera específica a un determinado colectivo de personas, algo que según los principios sobre los que se debe fundamentar el Derecho, que son los de la igualdad de todos ante la ley, entre otros, no tendría cabida en un Estado Democrático. 

La doctrina Parot, que recibió el nombre del preso de ETA al que se le aplicó la singular manera de contabilizar años de condena para después establecer beneficios penitenciarios, fue definitivamente tumbada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Precisamente por ser una manera de aplicar la ley que no cumplía con las garantías necesarias. 

Un par de pinceladas para recordar que en España la ley se ha venido aplicando en virtud de "por ser vos quien sois". Si eres vasco independentista, se reinterpretarán los códigos, se tenderá a pensar que hay un vínculo con el terrorismo y de esta manera serán unos tribunales especiales los que juzguen, pasando en muchos casos por encima de los propios derechos de las personas investigadas. 

Un "casi todo vale", que ha servido para no investigar torturas, ni agravios múltiples contra personas que, en muchos casos sin haber sido nunca violentas, sin haber tenido el más mínimo contacto con el terrorismo, han visto cómo se les ha condenado sin pruebas, e incluso sin que finalmente pudiera determinarse la comisión de un delito por su parte. Se han cerrado periódicos, medios de comunicación, se ha tenido en prisión preventiva durante "todo el tiempo posible" a gente que después ha quedado en libertad. Con el miedo en el cuerpo, con su imagen pública destrozada. 

Esto lo tienen en común independentistas gallegos, vascos, y ahora también catalanes. 

Lo que estamos viviendo con los independentistas catalanes viene a ser más de lo mismo. El "por ser vos quien sois". 

En España la ley se ha venido aplicando en virtud de "por ser vos quien sois". Sin haber tenido el más mínimo contacto con el terrorismo, personas han visto cómo se les ha condenado sin pruebas, e incluso sin que finalmente pudiera determinarse la comisión de un delito por su parte

Evidentemente en Catalunya no hay violencia, por mucho interés que haya habido en que esta se gestase o se generase para poder así tener una cierta excusa en la aplicación de normas retorcidas para hacerlas encajar. Pero no se ha conseguido que la rabia que muchos sienten se manifieste con ningún tipo de violencia. 

Pero la manera de funcionar por parte de algunos aparatos acostumbrados a la represión de las ideas, sigue siendo la misma. 

Lo hemos visto en el juicio a los líderes políticos que se personaron ante la Sala Segunda: ese juicio que quedará grabado para la Historia del Derecho. Para poder ver hasta dónde se ha estirado la norma, hasta dónde se ha jugado un papel por parte de los tribunales que solamente se comprende si se conoce que, en el fondo, está lo del "por ser vos quien sois". 

Y con los exiliados es todavía más flagrante. Lo de Puigdemont es de tal claridad que resulta bochornoso a cualquiera que haya estudiado Derecho. No hay, sencillamente, por dónde cogerlo. 

Ya no es solamente el hecho de los múltiples errores de bulto que se han cometido a la hora de presentar escritos —que han sido muchos— por parte de Llarena y sus compañeros: desde errores en las traducciones (que no parecían inocentes), a confundir procedimientos, a solicitar entregas por vías que no correspondían

Un ridículo tras otro, como decía Puigdemont al ser puesto en libertad. 

Porque lo que ha acontecido en Cerdeña el pasado viernes supone un bofetón más al entramado pseudojudicial que tienen montado en VillaEspaña. Otro más. ¿Cuántos van? Si sumamos Bélgica, Alemania, Escocia, Suiza, pasando por Finlandia, por Francia, ser Eurodiputados, prácticamente podemos decir que todas las batallas que ha tenido que lidiar el president en el exilio, las ha ganado por goleada. 

No sé si VillaEspaña se ha parado a pensar en el coste tan elevado que está teniendo todo este tinglado en lo que a su imagen exterior se refiere: la Justicia española queda en evidencia una y otra vez. Y como toda la maquinaria está interconectada, política y medios de comunicación se han retroalimentado tanto que al final han terminado por dotar a Puigdemont de una entidad de tales dimensiones, que cada vez que creen someterle, se les termina volviendo siempre en contra. 

El hecho de que Puigdemont esté ahora mismo paseando tranquilamente por Cerdeña, dándose un baño de masas, lo convierte y le reafirma como lo que no ha dejado de ser: un líder incontestable, que trasciende la causa independentista, pues supone ya un referente en la defensa de los principios democráticos, la justicia y la libertad que hace falta recuperar y cuidar en Europa. 

A nadie se le escapa la intensidad que está poniendo la maquinaria española para intentar hacerse con un presidente legítimo, que puso en marcha algo tan necesario en democracia como un mecanismo para escuchar a su pueblo. Una persecución para la que han servido todo tipo de recursos, legales e ilegales. Todos. 

Cuando comencemos a cumplir de verdad la Constitución, a tratar en igualdad de condiciones a todo el mundo, a aplicar la ley siendo conscientes de que un referéndum no puede considerarse delito jamás, y que robar es punible en cualquier sociedad, quizás nos acerquemos un poco en VillaEspaña a lo que podría empezar a llamarse una democracia y un Estado de Derecho

Mientras tanto, el rey emérito, al que nadie votó y que ha vivido siempre del erario público financiado por sus súbditos, está plácidamente relajado en Abu Dabi, a "cuerpo de rey", protegido por las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, lo que supone un coste para las arcas públicas. Nadie le molesta, nadie le persigue, nadie le reclama lo que a todas luces ha sido, supuestamente, la comisión de delitos serios contra la Hacienda pública. Por ser el rey quien es, parece ser que dispone y goza de inmunidad real, de la todopoderosa. Que se extiende más allá incluso de lo que ya, por ley, le protege. 

¿Alguien piensa que esto no se ve desde fuera? ¿Que desde una visión democrática, justa, en definitiva europea, esto que hace VillaEspaña es absolutamente delirante?

Cuando comencemos a cumplir de verdad la Constitución, a tratar en igualdad de condiciones a todo el mundo, a aplicar la ley siendo conscientes de que un referéndum no puede considerarse delito jamás, y que robar es punible en cualquier sociedad, quizás nos acerquemos un poco en VillaEspaña a lo que podría empezar a llamarse una democracia y un Estado de Derecho. 

De momento, todo recuerda más bien a un sistema feudal, donde los abusos hacia los "débiles" alimentan el poder de los "fuertes". 

Por suerte, en Europa, aunque despacio, la respuesta está siendo unánime y nadie parece querer ser cómplice de semejante atropello.