A una semana de la sesión que dará lugar a la formación del Govern de Catalunya todo son interrogantes. Sumados, por supuesto, al desierto en el que vivimos cuando al acceso de información fiable se refiere, de parte de la mayoría de los medios de comunicación españoles. 

Primero se nos contaba que las tensiones entre los de Puigdemont y ERC harían inviable, seguramente, la conformación de un gobierno. Ya avisábamos desde el principio de estos rumores de que, si bien era cierto que había cierta discusión sobre el hecho de que ERC instaba a Puigdemont a volver de Bélgica para ser investido, tal y como había prometido a sus votantes durante la campaña, las “tensiones” no pasaban de ahí. Ambas formaciones tenían muy claro desde el principio que llegarían a un punto de encuentro, a pesar de los debates que se produjeran. 

Y así ha sido. Esta semana se ha producido el acuerdo entre ERC y JunsXCat. Sin mayor problema, al menos que haya trascendido. 

En una semana en la que Mundó, cabeza visible en la lista de ERC, ha presentado su renuncia al acta de diputado y también a la vida política. Alega razones personales que no han trascendido por el momento, dejándonos una sensación extraña. Intuyendo que algo lo suficientemente importante ha debido sucederle como para dar un paso a un lado después de todo el trabajo realizado. 

Veremos intentos de desinformación, confusión, bloqueo y boicot por todos los medios posibles al avance de lo que ha sido decidido en las urnas, una vez más

Un paso al lado también ha sido el que ha dado Artur Mas, al renunciar a la presidencia del PDeCAT. Señala que ante la situación jurídica en la que se encuentra, días antes de conocer la sentencia del caso Palau, ve pertinente apartarse para que los procesos judiciales no sirvan de excusa para obstaculizar los procesos políticos. Está por determinar su culpabilidad, pero en cualquier caso, creo que ha sido positiva su decisión, y que desde partidos como el Popular deberían tomar buena nota. Así es como debe actuarse si no se quiere enfangarlo todo. 

Forcadell también ha decidido apartarse de la presidencia de la Mesa del Parlament, negociación que también acaba de producirse. Marta Rovira y Carles Puigdemont han acordado, según informa la prensa, en una cena en Bruselas, la formación de la Mesa. Se reparten a partes iguales los miembros, y se anuncia que será presidida por ERC. Queda claro, así, que el próximo 17 comenzará a caminar la legislatura a pesar de que se susciten dudas sobre la toma de posesión de Puigdemont por vía telemática y aún no quede claro si los consejeros que le acompañan en Bruselas podrán votar desde allí. 

Arrimadas lo ha intentado también estos días. Pero no ha conseguido recabar los apoyos suficientes para conformar Mesa en el Parlament. Supongo que esto será una sorpresa para quienes han querido creerse la versión de que Ciudadanos había ganado las elecciones en Catalunya. Como tantas veces hemos dicho, la realidad es tozuda, y poco a poco terminan por demostrarse los hechos: que quien ganó realmente las elecciones fue el bloque republicano. Y precisamente por ello la semana próxima conformarán la Mesa del Parlament y dará así lugar al inicio de sus tareas gubernativas. Las del gobierno soberanista y republicano. 

Veremos, pues, intentos de desinformación, confusión, bloqueo y boicot por todos los medios posibles al avance de lo que ha sido decidido en las urnas, una vez más. Y veremos cómo tendrán que lidiar con todas las dificultades existentes e imaginables para poder poner en marcha la tarea de gobernar. 

Dudas, muchas dudas. Sobre todo porque es muy complicado tener certezas cuando quien ha de aplicar e interpretar la ley lo hace de manera poco comprensible

Mientras tanto, estas teclas se pulsan mientras comparecen ante el Tribunal Supremo "los Jordis”: nada de lo sucedido hasta ahora nos da buenas señales al respecto de su puesta en libertad. Sobre todo a tenor de lo acontecido el pasado día 4 con Junqueras, a quien el Supremo mantuvo la prisión provisional incondicional e indefinida. Con un auto, dicho sea de paso, sorprendente, donde se reconoce que el que fuera vicepresident no cometió violencia alguna, pero que por apoyar los postulados independentistas y la hoja de ruta que tenían establecida desde el Govern liderado por Puigdemont, han sido culpables, dicho de algún modo, de “despertar a la bestia”, de desatar la violencia. Y que aunque él no hubiera sido violento, sus ideas, sus planteamientos y sus posicionamientos políticos han desembocado la violencia. O sea que se le pretende juzgar por un delito que requiere de violencia, se reconoce que no la ha ejercido, pero igualmente se sigue queriendo juzgar a Junqueras por ello. Es más, incluso sin que podamos tener claro que haya cometido delito alguno, por no cumplirse los requisitos establecidos en el Código Penal, está en prisión preventiva por el riesgo de que vuelva a delinquir. ¿Cómo es posible volver a delinquir si no queda claro que haya delinquido? 

Dudas, muchas dudas. Sobre todo porque es muy complicado tener certezas cuando quien ha de aplicar e interpretar la ley lo hace de manera poco comprensible. Sobre todo cuando el canal de información suele ser más bien un elemento de distorsión. 

Tendremos que esperar un poco más para ver cómo se desarrollan los acontecimientos. Y debemos estar atentos para no perder detalle, porque nada es lo que parece, o más bien, lo que algunos quieren hacer que parezca.