Los datos sobre los suicidios por acoso escolar son alarmantes. Un mal que afecta a toda la sociedad y que debemos abordar de manera colectiva. 

El caso de Kira López, que falleció el pasado mes de mayo es la punta de un iceberg silenciado. Como el sufrimiento de los jóvenes que sienten que pedir ayuda no merece la pena. 

El sábado se celebra en Barcelona una manifestación para visibilizar la necesidad de adoptar las medidas necesarias en los centros educativos para que se puedan prevenir situaciones dramáticas cuyas secuelas nos acompañarán de por vida. 

Una responsabilidad que es de todos, y que desde el mundo adulto debemos corregir.