Tal día como hoy del año 1897, hace 128 años, el municipio de Barcelona se anexaba los municipios de Gràcia, Sant Andreu, Sants, les Corts y Sant Gervasi. Con esta anexión, que se llevó a cabo contra la voluntad de los municipios absorbidos; Barcelona multiplicaba por 2,5 su superficie y ganaba casi 100.000 habitantes; con lo que superaba la cifra del medio millón de residentes por primera vez en su historia, y recuperaba el liderazgo demográfico peninsular que había ostentado durante los siglos XII a XIV.
Según el Instituto Nacional de Estadística, el municipio de Barcelona —con las villas anexadas— pasaba a tener 509.589 habitantes; por 512.150 de Madrid, 350.919 de Lisboa o 204.768 de València. Pero el Pla de Barcelona (la capital, las villas anexadas y los, municipios independientes de Horta y de Sarrià), sumaba 519.259 habitantes y se convertía en la primera área demográfica de la península. Hasta entonces, la emigración que había colocado Barcelona en aquella posición de liderazgo era, exclusivamente, catalana; y procedía, básicamente, de las comarcas del interior del país.
En el momento en que se produjo esta anexión, la villa de Gràcia con 40.000 habitantes, ya era la segunda ciudad de Catalunya en población, superando ampliamente Reus (27.000 hab.), Manresa (25.000 hab.), Tarragona (25.000 hab.), Tortosa (23.000 hab.), Sabadell (23.000 hab.), Lleida (22.000 hab.), Mataró (19.000 hab.) o Badalona (19.000 hab.). Y Sant Andreu de Palomar rozaba los 16.000 habitantes, una masa de población similar a la de Girona (16.000 hab.) o de Terrassa (16.000) y muy superior a la de L'Hospitalet (11.000 hab.).