Ahora que gracias a la huelga de metro, bus y trenes (y creo que no me olvido ninguna), la ciudad de ferias y congresos puede celebrar el Muy Quieto World Congres, me han venido a la cabeza tres momentos relacionados con el tema móviles.

En los medios audiovisuales aparece a menudo el recurrente reportaje sobre la dependencia que tenemos del móvil. Y para ilustrarlo nos ponen imágenes de gente pendiente del teléfono ajena a lo que lo rodea. Bien, pero es el mismo fenómeno que sucedería si leyeran un libro o un diario o pensaran en cómo pagarán este mes la hipoteca, ¿no? ¿Qué diferencia hay entre estar absorto con el móvil, estar pendiente de la clasificación de la liga de hockey patines, concentrarse en las aventuras de Carrasclet o usar la neurona para intentar convertir en verdes los números rojos? Y cuando nos ponen imágenes de una familia que se ignora totalmente porque está abducida por los respectivos móviles, pues sí, perfecto, están abducidos, sí. Cómo lo están miles de familias que comen y cenan con la TV encendida y que comen arrimados a la pantalla sin decirse ni buenos días.

Hey, que sí, que el móvil nos aísla pero, ¿por qué a él lo criminalizamos y a la TV no? Ni a los libros. Ni a los pensamientos. Ni a la vida... Oiga, que la vida despista mucho, eh?...

¿Qué pasa con tu historial digital y el derecho al olvido? Pongamos que de joven hiciste una fechoría (va, un ejemplo suavecito: rompiste el cristal de una tienda y algunas personas que pasaban por allí aprovecharon para robar todo el escaparate). Unos cuantos años más tarde este mal momento todavía está en la red y tu decides que tienes derecho a borrarlo porque te puede hacer perder un trabajo, porque te molesta o por lo que sea. Sí, pero aquello pasó. ¿Borrar una cosa cierta porque a ti no te gusta que se sepa? Quizás el de la tienda tuvo que cerrar arruinado por el robo y él reclama el derecho a que se sepa por qué tuvo que cerrar. ¿Qué derecho prevalece, el tuyo a que desaparezca o el suyo a que continúe? ¿Y si sacamos el hecho de la red, lo sacamos también de los medios de papel? Sí, porque quizás la noticia fue publicada en un diario que está disponible en las hemerotecas y un día a alguien la encuentra. ¿Destruimos todos los diarios que están en los archivos porque publican noticias que quizás molestan a algunas personas que las protagonizaron?

Diciembre del 2015. Atentado en San Bernardino, California. 14 muertos. El FBI pide a Apple que desactive el sistema de 4 números de seguridad del teléfono de uno de los asesinos para poder acceder a la información que contiene. Vaya, se trata de eliminar el mecanismo por el cual se borran los datos del aparato si después de varios intentos no introduces el código correcto y, a partir de ahí, que la policía pueda probar todas las combinaciones posibles hasta desbloquear el móvil. Apple se niega. ¿Argumento? "No nos gusta el terrorismo pero nos oponemos a la petición por nuestro profundo respeto a la democracia americana y el amor a nuestro país. Nos piden que pirateemos a nuestros propios usuarios y, aunque el gobierno asegure que sólo lo utilizará en este caso, no hay forma de asegurar que eso sea así".

¿Qué prevalece, la garantía de privacidad absoluta a que se compromete la empresa a quien le compras el móvil o el derecho de la sociedad a protegerse de un terrorista? Como los otros dos, debates que estos días no podemos hacer porque estamos demasiado ocupados al filtrar y contrafiltrar sueldos de trabajadores y directivos de una empresa pública de transportes en huelga. Ah, por cierto, y el próximo año tampoco podremos hacerlos porque volverá a haber huelga y volveremos a estar demasiado ocupados.