20oincidencia entre Junts pel Sí y la CUP: por primera vez, las negociaciones entre las dos formaciones avanzan en la dirección de un posible acuerdo. Segundo punto de encuentro: el nombre de Mas ha dejado de ser un problema para centrar los esfuerzos de los negociadores de la CUP en el denominado plan de choque. Tercer elemento nuevo: hay desconfianza y recelos después de los más de dos meses transcurridos desde el 27S y la ruptura que se produjo en la asamblea de la CUP celebrada en Manresa, pero también hay vértigo a unas nuevas elecciones en marzo. Estos tres principios están dando pie a una situación desconocida hasta la fecha. Unas negociaciones que no son fáciles entre formaciones muy separadas ideológicamente y donde las dos partes consideran aún alejada pero posible la investidura; además, sin descartar que el acuerdo llegue antes de las elecciones españolas del próximo día 20.

Es previsible que en las próximas fechas se entre en la fase más difícil del plan de choque y que no es otra que acordar el dinero de los presupuestos de la Generalitat que podrá ser destinado al conjunto de medidas que se pretende pactar entre JxSí y la CUP. Sobre todo, teniendo en cuenta que las arcas de la Generalitat están vacías y la administración autonómica está inyectada directamente al FLA para poder pagar a proveedores e intereses. El hecho de que el futuro gobierno catalán, si llega a ver la luz, ya tenga decidido que se creará la figura de un vicepresidente económico y que éste será el presidente de Esquerra, Oriol Junqueras, desplaza necesariamente la orientación y los criterios de los presupuestos a aprobar en los próximos meses del actual conseller d'Economia, Andreu Mas-Colell, al máximo dirigente republicano. De ahí la importancia de unas escuetas declaraciones de Junqueras asegurando que la Generalitat y el nuevo gobierno podría hacer frente a estos acuerdos.

Una última reflexión que no es mía sino de uno de los que se sientan en la mesa de la negociación: las dos partes tienen que poder explicar fuera de las cuatro paredes el acuerdo que se alcance. La CUP tiene que poder explicar en la asamblea del día 27 los acuerdos que alcance y eso con documentos con declaración de intenciones no será suficiente. Pero CDC, y en menor medida Esquerra también, no tiene carta blanca de su base electoral para cualquier tipo de pacto. De ahí que hasta el final la partida estará abierta.