La Joventut Nacionalista de Catalunya (JNC) celebró ayer el 45 aniversario de su fundación. Concretamente, el 25 de abril de 1980, en Platja d’Aro, tuvo lugar su primer congreso. Algunos sitúan su origen un poco antes, en 1976, con la JCDC. En cualquier caso, casi medio siglo de una de las escuelas políticas más potentes del país. A lo largo de estos 45 años, miles de jóvenes procedentes de todas las comarcas de Catalunya, a través de la JNC, han adquirido un compromiso con el país para toda la vida. Casi medio siglo de una idea que ha sobrevivido a partidos, siglas y modas. Un proyecto que ha ido más allá de la política para convertirse en una característica cultural de muchas generaciones. Una forma de entender el mundo y la vida.

La JNC anunció una novedad importante: JNC Alumni. Tiene sentido: si la Joventut Nacionalista se ha definido siempre como una escuela de formación de patriotas, es lógico que cree un espacio para mantener vivo el vínculo entre todos los que crecieron en ella. Un alumni es más que un grupo de antiguos miembros. Es una comunidad de valores compartidos, una red de experiencias y complicidades que no caducan. Sirve para seguir aprendiendo y sirviendo, aunque los años de militancia juvenil queden atrás. El respeto entre generaciones, la fuerza de la memoria y la diversidad de experiencias harán de este alumni uno de los más potentes del país. Pocos movimientos pueden presumir de tantos exmiembros activos y comprometidos en tantos ámbitos distintos. La JNC es una organización política, y de aquí han salido muchos políticos, algunos de ellos relevantes. Pero también han salido empresarios, médicos, abogados, directivos, agricultores, activistas, etc., que, desde muchos sectores, han seguido trabajando para el país.

En el momento que vive Catalunya, ver crecer espacios de lealtad, memoria y compromiso debería ser motivo de alegría

Siempre pendiente de ser las juventudes de un Partit Nacionalista Català que nunca llegó a existir del todo, la JNC ha firmado convenios con CDC, con CiU y con Junts. Su fidelidad ha sido con una idea de país más que con unas siglas concretas. Esa trayectoria le ha dado una libertad poco habitual. Nunca ha sido estrictamente sectaria, y eso explica la pluralidad dentro del nuevo alumni. Conviven en él sensibilidades distintas: quienes veían de forma diferente Convergència, el procés y la actualidad. Seguramente por eso, en el acto de celebración participaron cuatro presidents: Mas, Montilla, Aragonès y Puigdemont. El president Pujol, por motivos físicos, no pudo asistir, pero su presencia simbólica fue muy viva.

Vivimos un momento de cambios profundos en la política y en la manera en que los jóvenes se relacionan con ella. Que la JNC busque apoyo en un alumni es una decisión inteligente. No como actor político, sino como espacio de referencia, memoria y acompañamiento. El alumni permite a los miles de jóvenes que han pasado por la JNC no tener que decir que son ex. Nunca se fueron: simplemente cumplieron la edad de una "jubilación" obligada. Y esto no es dejarlo; es ser parte de una comunidad que sigue caminando. Ser alumni es reconocer que el compromiso no termina con la edad. Es mantener viva la llama de una escuela política que enseñó a muchos a amar, pensar y servir a Catalunya desde la reflexión, la responsabilidad y la vocación de servicio.

Si el país no fuera tan egoísta, reconocería que este nacimiento es una gran noticia y un motivo de orgullo. En tiempos de desconfianza, y en el momento que vive Catalunya, ver crecer espacios de lealtad, memoria y compromiso debería ser motivo de alegría. El secretario general de la JNC, Aleix Agustí, explicó una anécdota preciosa con el president Pujol, quien, por cierto, mandó un mensaje a todos los que son o fueron de la JNC: "Estoy mayor, pero estoy animado. Vosotros sois la esperanza". El momento escogido para fundar este JNC alumni es, de algún modo, también un mensaje al president Pujol y a toda su generación: "Aquí estamos. Y, como vosotros, en acto de servicio". Un alumni para el orgullo.