Cuatro muertas después hemos descubierto que el lugar donde murieron ahogadas cuatro abuelas no tenía que estar allí, pero estaba. Resulta que la residencia geriátrica de Agramunt que se inundó por el desbordamiento del río Sió estaba construida en una zona... inundable. Y este fue el motivo por el cual se inundó, evidentemente. Y también resulta que con la ley actual, el edificio en cuestión no existiría, pero existe porque cuando lo hicieron había otra ley que lo permitía. ¡Sen-sa-cio-nal!

Los que entienden del tema explican que antes de la ley actual, los municipios podían dar los permisos para construir donde creyeran conveniente sin dar ninguna explicación. Fuera zona inundable, como el caso de que nos ocupa, o fuera la zona que fuera. Y es así como tenemos barbaridades urbanísticas que no sólo ocupan espacios naturales, espacios incomprensibles o espacios imposibles sino que, como ha quedado demostrado ahora o en el caso del camping Las Nieves de Biescas, también ocupan espacios de riesgo.

Es imposible saber cuántos edificios hay ahora mismo construidos en zonas inundables, pero sí es posible saber que, lamentablemente, esta cuestión no tiene solución. Quien crea en alguno de los diversos dioses que rece, quien crea en las videntes que encienda velas y quien no crea en nada que cruce los deditos, pero en alguno de estos lugares, más temprano o más tarde, pasará una desgracia. Y la única manera de evitarla sería derribando todo lo que el sentido común (y la ley actual) diga que ofrece un cierto riesgo. Sin embargo, va, hágalo. ¿Quién va casa por casa o barrio por barrio y le dice a la gente que se vaya marchando que llega la excavadora? ¿Quién asume el coste económico y social de eliminar miles de viviendas que están donde no tendrían que estar?

Ah, y otra cosa importante en toda esta historia: ahora busque usted quién dio los permisos y pídale responsabilidades. Que esta es otra, porque alguien permitió construir este edificio de Agramunt en un lugar donde han muerto cuatro personas como podrían haber muerto 40. Seguramente lo hizo de buena fe y no para embolsarse una comisión, pero el mundo está lleno de gente que eran muy buenas personas y que han provocado inmensos desastres. Y eso no los exime, al menos moralmente, de ser unos irresponsables.